La desaceleración y la mayor presión sobre los márgenes se han instalado en el sector de la alimentación, donde empresas como DIA tratan de sobrevivir con políticas basadas en cambios en el surtido y en precios bajos a través de promociones. Una estrategia que podría salirle cara a la cadena ya que choca contra los productores y hasta contra sus propios franquiciados.
El primer síntoma de problemas en la nueva política de precios de DIA fue la denuncia de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA). El motivo que esgrimen los productores es que la cadena “está bajando el precio de la carne de pollo en sus lineales, una práctica que constriñe a los avicultores y desvaloriza este producto ante el consumidor”.
Esta práctica de bajar los precios para llamar la atención de los consumidores es la misma que denuncian un grupo de franquiciados, que van más allá al calificar las ofertas de “publicidad engañosa”. En el caso del pollo, señalan que “el etiquetado no se llegó a cambiar y se cobraba a su precio normal (2,48 euros) y no al de la oferta (1,69 euros)”, por lo que se “engañaba al consumidor”.
Caso parecido fue el del descuento del 70% del detergente Dixan (pasó de costar 6,95 euros a 2,1 euros). Los franquiciados denuncian que DIA anunció esta oferta para atraer consumidores, pero “el producto en muchos casos no llegaba”. Un problema, el del desabastecimiento, que se mantiene en el tiempo en muchos establecimientos y para el que DIA ya aseguró a este medio que puso remedio. “Nuestra relación con los proveedores ahora es de absoluta normalidad. No tenemos problemas de abastecimiento”, señalaron.
Actualmente, DIA está centrada en la estabilidad del negocio y en seguir promoviendo y apoyando la recuperación de ventas, tal y como recuerdan fuentes de DIA. La forma de apoyar la recuperación se hará a través de diversas iniciativas en diferentes ámbitos, como en el área comercial, operaciones o logística. Medidas que DIA no ha concretado, pero cuyo objetivo común de impulsar el tráfico de clientes, las ventas en las tiendas y mejorar la productividad.
No obstante, para conocer las próximas líneas estratégicas de DIA habrá que esperar al cierre del ejercicio 2019 “con información adicional y con un entorno de negocio más normalizado”. Será entonces cuando la empresa de distribución desarrolle un plan de negocio a largo plazo actualizado que servirá de base para evaluar la recuperabilidad a largo plazo de sus activos. Una tarea complicada no solo por la situación de la compañía, sino por los precedentes a la hora de poner en marcha un plan estratégico.
DESACELERACIÓN Y PRESIÓN
La situación de DIA es complicada, pero la desaceleración del sector no ayuda tampoco. Las ventas globales de hipermercados, supermercados y establecimientos cash & carry se situaron en 106.880 millones de euros, un 1,9% más que en 2017, año en el que se había contabilizado un aumento del 3,2%, según el Observatorio Sectorial DBK de Informa.
Se prevé que la facturación del sector mantenga a corto plazo un crecimiento muy moderado, en un contexto de ralentización del gasto de las familias en bienes de consumo. Para el cierre de 2019 se estima un volumen de negocio en el conjunto del mercado ibérico cercano a los 107.500 millones de euros, un 0,6% más que en 2018.
En este sentido, la política de DIA encaja con la situación del propio mercado. “La presión sobre los precios y la rentabilidad del sector aumentará a corto plazo, pese a la tendencia al alza del consumo de algunos productos con mayores márgenes, como comidas preparadas y alimentos premium y ecológicos”, según se desprende del estudio.
A pesar de ello, el informe desvela que “la orientación de la demanda hacia compras más frecuentes y de menor importe continuará favoreciendo el crecimiento de las ventas de los supermercados de proximidad”. Algo que puede ayudar a las 4.318 tiendas que tiene DIA repartidas por todo el territorio español. La gran mayoría son de conveniencia.
CAÍDA DE LAS VENTAS DE DIA
DIA registró unas pérdidas netas correspondientes a los tres primeros trimestres del año que ascienden a los 504,3 millones de euros. La marca ha superado, por tanto, en once veces a los números rojos de 2018, que se estimaron en 45,8 millones de euros debido al despido colectivo en España y el recorte de plantilla en Brasil, el cierre de 757 tiendas deficitarias.
Las ventas netas de la compañía alcanzaron, entre enero y septiembre, los 5.083 millones de euros, lo que supone un descenso del 7,4%, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado se situó en 95,2 millones de euros, un 48,9% menos.
A finales de septiembre de 2019, DIA operaba un total de 6.720 tiendas, 718 menos que al cierre del mismo periodo del año anterior, acumulando 39 nuevas aperturas y 757 cierres durante el periodo. El número de tiendas ha disminuido en 366 en España (de 4.684 a 4.318), tras la apertura de ocho nuevas tiendas y el cierre de 374 en los últimos nueve meses. En cuanto a la actividad de reconversión de franquicias la sociedad transfirió 196 franquicias netas a tiendas propias.