La campaña del piñón en Castilla y León será histórica. La producción este año se reducirá a cero. El fruto del pino piñonero (Pinus pinea), uno de los recursos autóctonos más preciados en la alta cocina y la repostería, de elevado precio por su excelente calidad, y motor dinamizador de Tierra de Pinares, podría desaparecer en cinco años si nadie lo impide.
El pinar agoniza a causa de la chinche americana y de la oruga procesionaria. La situación, que se ha prolongado durante años, podría poner fin al piñón español, un sector que sólo en Castilla y León cuenta con unas 400 empresas vinculadas a la recolección de la piña o la transformación del fruto, en torno a unos pinares que rondan las 90.000 hectáreas en la región, según datos de la Asociación Castellana de Elaboradores de Piñón (ACEPI).
Si no se pone remedio, “en cinco años no quedará un piñero en el monte, porque no se puede mantener un negocio abierto sin materia prima”, ha explicado a MERCA2 el presidente de ACEPI, Rodolfo Padrones. En la Asociación Forestal de Valladolid (ASFOVA) son menos optimistas: “En estas condiciones no creo que el sector aguante cinco años”, ha augurado Jesús Alberto del Río, técnico de la asociación.
Las piñas se empiezan a recoger de los pinares en noviembre y, aunque las principales zonas productoras se distribuyen por Castilla y León, Andalucía, Cataluña, y en menor medida, por Castilla La Mancha y Extremadura, lo cierto es que la industria de la transformación se concentra en más de un 80% en Pedrajas de San Esteban. Ubicado en el sureste de la provincia de Valladolid, en la denominada Tierra de Pinares, es el pueblo piñonero por excelencia de España.
La cuna del piñón mueve la práctica totalidad de la exportación a nivel nacional. Allí unas 50 empresas tratan, tanto el piñón local, como el que compran al resto de zonas productoras del piñón ibérico, incluida Portugal. Aunque, “conseguir el recurso en tus montes, es lo más rentable, si no disminuye el margen” ha afirmado Padrones, que además recuerda que se trata de un sector forestal en el que “nunca hemos recibido ayudas económicas, no hay compensación ni para las empresas, ni para los propietarios de los montes, al contrario de lo que ocurre con la agricultura”.
Dos plagas han dejado herido de muerte al pinar: la chinche americana (Leptoglossus occidentalis), una especie invasora llegada desde Canadá con presencia en España desde 2012 y que seca las piñas, y la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), abundante en los bosques del sur de Europa y generalmente controlada por depredadores naturales, que debilita el árbol. La desordenada climatología y la pertinaz sequía han completado la tormenta perfecta que envuelve al piñón castellano.
Los datos aportados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente datan del año 2014 cuando «el valor de la producción anual del sector del piñón se estimaba, sólo en Castilla y León, en casi 61 millones de euros». Un sector entonces al alza en el que antes de la crisis, «Castilla y León producía aproximadamente el 20% de la piña cerrada a nivel nacional y procesaba el 90% del piñón con cáscara», según datos facilitados del Gobierno regional.
SOLUCIONES CONTRA LAS PLAGAS
Ni los propietarios de los montes, ni las empresas transformadoras que trenzan el tejido industrial de la zona pueden combatir en solitario las dos plagas que acechan al preciado fruto del pino, que en la actualidad ronda los 70€/Kg (piñón blanco, limpio, sin cáscara) de venta al público. Cuando se habla de soluciones todas las miradas se dirigen hacia la Junta de Castilla y León (JCyL).
Pero las medidas adoptadas por el Gobierno regional “son pocas y llegan tarde” ha manifestado Jesús Alberto del Río, de la Asociación Forestal de Valladolid. “La Junta ha hecho ensayos con diferentes productos químicos para intentar mantener a raya al insecto y ha empezado este año, cuando llevamos reclamándolo desde el año 2012”, ha reprochado el técnico de ASFOVA a la Consejería, de la que depende la gestión forestal de estos pinares. Además, “en Portugal se mueve mucha más cosecha de piña, porque el Gobierno luso ha apostado por un tratamiento masivo, con mejores resultados”, concluye Del Río, que se muestra convencido de que “la solución pasa por incrementar de una manera significativa el estudio, conocimiento, y control de estas plagas con medios permanentes, porque los tratamientos químicos pueden ofrecer una solución a corto plazo, pero lo que tenemos que buscar son tratamientos a largo plazo”.
“En Portugal llevan dos años fumigando”, ha añadido Padrones, y “a pesar de la sequía, similar a la que hemos padecido aquí, tendrán una campaña curiosa de piña”. En el caso de los montes públicos de Castilla y León la concesión para la gestión la tiene el Servicio Territorial de Medio Ambiente “que destina toda la inversión a contratar retenes para apagar incendios”, en opinión del presidente de ACEPI.
La Junta de Castilla y León se defiende y asegura que viene efectuando y promoviendo investigaciones desde el año 2012 porque «esta pérdida de producción se debe a un efecto combinado de ciclos de sequía con la acción de agentes patógenos, principalmente una plaga de origen exótico, la chinche americana de la piña». En este sentido, el Ejecutivo autonómico recuerda el efecto generalizado de los problemas y la ausencia de remedios: «estas pérdidas de rendimiento en piñón blanco se han dado desde hace siete años en todos los países productores de piñón, sea Portugal, España, Marruecos o Italia, sin que ninguno de ellos haya encontrado solución al problema hasta la fecha».
La JCyL también ha subrayado el alcance del problema, y destaca que afecta al sector productor y transformador de piñón, pero no así a la persistencia de los pinares, cuya regeneración está garantizada. Es decir, «no estamos ante un problema ecológico, sino económico».
FUENTE NATURAL DE RIQUEZA
La piña ‘se baja’ del pinar en noviembre, se almacena hasta el verano cuando se seca al sol y luego se casca el fruto, para posteriormente elaborarlo ya sin cáscara y dejar el ‘piñón en blanco’. Se trata de un laborioso proceso necesario para mantener intactas las cualidades naturales del producto. Los pinares salen a subasta, la Junta de CyL los tasa y fija el precio de cada pinar en función de su valor en el mercado. “Este viernes se abren las subastas de los montes de la Comunidad Autónoma, y casi todas van a quedar desiertas» han declarado a MERCA2 fuentes del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Valladolid. De hecho, este año las 400 hectáreas de Pedrajas de San Esteban ni siquiera saldrán a subasta, según ha explicado la teniente de alcalde del municipio, Ana González, “nos dan 1.200 euros por toda la producción, así que, preferimos dejar descansar el pinar”.
En estos últimos cinco años las tasaciones en Pedrajas no han superado los 6.000 euros, pero tradicionalmente el piñón ha sido un sector muy rentable con pinares cuyos precios han oscilado entre los 100.000 euros y el millón de euros en los mejores tiempos. Ahora las cifras más abultadas las dejan las pérdidas. Los cálculos del presidente de ACEPI indican que “si una empresa tiene unos gastos fijos de 40.000 o 50.000 euros que incluyen inversiones en maquinaria, ahora todo son pérdidas”.
GASTOS EN DIVERSIFICACIÓN Y CONSUMO ENERGÉTICO
La crisis que atraviesan los pinares ha obligado a algunas de las empresas del sector a explorar alternativas encaminadas a la diversificación. Tal y como ha comentado González, algunas de estas industrias transformadoras del piñón se han adaptado para tratar el pistacho o la almendra de otras empresas. Sin embargo, la concejal de Pedrajas reconoce que se trata de servicios que se contratan eventualmente y que requieren cambios en las instalaciones que conllevan una inversión. Para los empresarios pedrajeros este tipo de diversificación no es la solución.
También en el apartado de gastos, ante la falta de eficacia de las medidas aplicadas por la Junta, el Ayuntamiento de Pedrajas de San Esteban ya ha asignado una partida presupuestaria para el próximo año de 10.000 euros para combatir las plagas que están secando sus pinares. Un importe que saldrá de las arcas municipales, ocasionando un gasto adicional.
Por otro lado, la mala campaña afectará también al gasto energético de la zona, puesto que tras la extracción de los piñones, los restos de la piña se aprovechan como biomasa con fines energéticos.
La mayoría de los equipos de generación de calefacción y Agua Caliente Sanitaria (ACS) de la comarca son estufas, chimeneas o calderas alimentadas con biomasa. Los equipos policombustibles emplean la cáscara de piña y la cáscara de piñón que se genera en los procesos de transformación de la industria local.
El primer ejemplo lo ofrece el Ayuntamiento de Pedrajas: La sede consistorial utiliza habitualmente como fuente de energía para generación de calor este tipo de biomasa local. Este año habrá que sumar a la lista de gastos la compra de biocombustible –más caro- fuera del municipio.