Plataformas como TikTok e Instagram se han convertido en el nuevo «manual de instrucciones» para los consumidores, ofreciendo recomendaciones, reseñas y descubrimientos que están transformando la manera en la que compramos. Productos como el pollo picante de Mercadona ha sido uno de esos alimentos virales gracias a la recomendación de muchos usuarios. ¿Se convertirá próximamente en tu nueva cena favorita?
1LAS REDES SOCIALES LO RECOMIENDAN

Ya no somos simples consumidores; nos hemos convertido en prescriptores, en críticos y en exploradores de novedades. Plataformas como Instagram y TikTok han dado voz a usuarios que, con un smartphone y una opinión sincera, pueden influir en las decisiones de compra de miles de personas.
Perfiles como @mercadona.novedades son un ejemplo perfecto de este cambio. Con más de 100.000 seguidores, esta cuenta se ha especializado en descubrir y analizar las últimas incorporaciones de Mercadona, uno de los supermercados más populares de España. Su éxito radica en su capacidad para conectar con una audiencia que busca recomendaciones honestas y actualizadas. Ya no es necesario perderse entre los pasillos del súper; basta con seguir a estos «influencers del supermercado» para estar al día de las últimas novedades.
Este fenómeno no solo beneficia a los consumidores, sino también a las marcas. Las redes sociales se han convertido en un escaparate donde los productos pueden ganar visibilidad y credibilidad de manera orgánica. Cuando un usuario comparte su experiencia positiva con un producto, está generando un impacto mucho mayor que cualquier campaña publicitaria tradicional. En este sentido, las redes sociales han democratizado la publicidad, permitiendo que productos pequeños o novedosos compitan en igualdad de condiciones con las grandes marcas.
Además, las redes sociales han creado un nuevo tipo de relación entre marcas y consumidores. Las marcas ya no pueden limitarse a lanzar productos y esperar que los consumidores los compren; ahora deben escuchar, interactuar y responder a las opiniones de sus clientes. Esta interacción constante ha llevado a una mayor transparencia y a una mejora en la calidad de los productos, ya que las marcas saben que cualquier fallo puede ser amplificado en las redes sociales.