La Dirección General de Tráfico (DGT) ha intensificado el control de velocidad en las carreteras españolas, instalando radares cada vez más sofisticados. Para los conductores, esto supone un desafío constante, ya que los dispositivos de detección de infracciones se han vuelto más pequeños y difíciles de identificar. En los últimos años, el aumento de multas por exceso de velocidad ha llevado a muchos a buscar formas legales de conocer la ubicación de estos radares antes de encontrarse con ellos en carretera.
1Los radares Veloláser, el nuevo reto para los conductores
Uno de los mayores temores de quienes conducen es cruzarse con un radar sin haberse dado cuenta de su presencia. Los Veloláser han sido diseñados precisamente para evitar que los conductores los detecten a simple vista. Son dispositivos pequeños y portátiles que pueden colocarse en guardarraíles, señales de tráfico o incluso en coches camuflados de la DGT.
Estos radares pueden identificar la velocidad de un vehículo a distancias de entre 15 y 40 metros, funcionando con gran precisión en cualquier condición climática. Pueden detectar infracciones incluso cuando hay varios coches circulando en paralelo, lo que los hace casi imposibles de eludir. La alta tecnología que incorporan ha hecho que muchos los consideren indetectables, lo que ha generado un gran debate entre los conductores.