Clasificarse para un mundial es el sueño de cualquier deportista. Significa llegar a la élite, a lo más alto. Son pocos los que lo consiguen y todavía menos los que cuentan con la capacidad económica para desplazarse al país en que se celebra la competición.
Cuando se practica un deporte minoritario las posibilidades económicas son menos que en aquellos más seguidos. Es lo que sucede con el patinaje artístico. España está en la élite mundial de este deporte. Es la segunda federación, y en algunas modalidades la primera, con más medallas.
Lograr clasificarse es un sueño y muchos clubes pasan verdaderos sacrificios para costearse el viaje. La mayoría no pueden afrontar la cuantía económica que cuesta viajar, en ocasiones, a la otra punta del mundo.
Para conseguirlo son muchas las campañas y recursos que ponen a disposición de toda aquella persona que quiera colaborar. Venta de artículos, crowdfunding… Es lo que está haciendo el Club de Patinaje Artístico Gondomar, de Galicia, que por primera vez consiguió clasificarse para el mundial en la categoría de Grupos Show, que este año se celebra en Nanjing (China).
Necesitan 25.000 euros para ir al mundial, que se celebra en China
El podium español siempre estuvo copado por equipos catalanes, que lo compartían en el europeo con italianos. Lograr la medalla de bronce en el campeonato de España el pasado mes de marzo fue el comienzo de un sueño para el club gallego. Su clasificación supuso una grande satisfacción porque “es a donde más puedes llegar. No hay otro campeonato de mayor nivel para el que te puedas clasificar. El simple hecho de clasificarse ya es el premio”, manifiesta el entrenador del club, David Figueroa.
Desgraciadamente, esta falta de recursos es un proceso que se repite año tras año en los clubes clasificados. A la alegría y la euforia le sigue la pena, el llanto de pensar que a lo mejor no podrán demostrar todo lo que saben hacer en un mundial. Pero lo que caracteriza a todos y cada uno de los clubes es que buscan el dinero hasta debajo de las piedras para no renunciar a su sueño.
Los deportes más elitistas y, a la vez, más caros
El equipo gallego necesita más de 20.000 euros para que sus 10 patinadoras y su entrenador puedan hacer realidad su sueño el próximo mes de septiembre. “Tenemos dos presupuestos y rondan los 25.000 euros. Son más de 2.000 euros por persona y somos 11. Eso sin contar las comidas, la cuota de inscripción al campeonato, ni el seguro de viaje para viajar a China”, lamenta.
Es la primera vez que un club gallego se clasifica para una cita de este nivel y, por lo tanto, las ganas ir son mayores. Son tantas que, como añade, “ni se nos pasa por la cabeza que no vamos a ir”.
Venden pulseras, mochilas y organizarán una gala para recaudar fondos
Necesitan tener los 25.000 euros antes de finales de julio. “La idea sería tenerlo todo en julio. El problema es que los vuelos hay que cogerlos ya. En dos semanas tenemos que coger los vuelos. La suerte que tenemos es que las agencias que nos hicieron presupuesto nos dejarían cogerlo ahora y pagarlo a finales de julio”.
Este año es el caso del Gondomar, pero otros clubes vivieron una situación similar años atrás. El club catalán Masnou es un ejemplo. Todos los años consigue clasificarse para el europeo de la modalidad de grupos Show y hace cuatro temporadas sus patinadores se proclamaron subcampeones del mundo. Bruno García, que compitió en el club esa temporada, saboreó la gloria de subirse al podium mundial. Sin embargo, ese año los clubes españoles tuvieron un poco de suerte. «El mundial se celebró en Reus, con lo cual sólo pagamos el desplazamiento de Barcelona a Reus y el hotel los dos días que estuvimos allí”, cuenta Bruno. “Tuvimos suerte que fue en España y fue lo que nos ahorramos”. Aun así, el importe económico para acudir al resto de competiciones sale de sus bolsillos. “Todos los viajes, al europeo y así nos lo pagamos nosotros”, añade.
Y es que el patinaje es un deporte arriesgado y bastante caro. Y no sólo en el sentido de acudir a campeonatos, sino también todo el coste que hay detrás de ello. Patines de cientos de euros, ruedas, mallas de otros cientos y muchas horas de entreno.
Venta de artículos
Aunque sea poco, grano a grano se construye la montaña. Esto es precisamente lo que hacen los clubes. Elaboran objetos y los venden a precios razonables.
El Gondomar se ha puesto a vender pulseras y mochilas a 2,5 y cinco euros respectivamente, aunque no descartan realizar otras actividades. “En principio estamos consiguiendo el dinero con eso. Después vamos a hacer una gala el 24 de junio. Cobraremos una pequeña entrada de dos o 3 euros para poder sacar algo”.
Y es que el club no recibe ayuda alguna por parte de federaciones e instituciones públicas. “A día de hoy la ayuda es cero. Ni de federaciones, ayuntamientos, diputación, la Xunta… nada”, explica David. “La federación española no da ninguna ayuda. La federación gallega hasta ahora tampoco, pero nos llamó para que le enviásemos los presupuestos y barajar si podrían darnos alguna ayuda”.
En principio, no recibirán ayudas de federaciones ni instituciones públicas
Es consciente de que la federación no pagará todo, aunque recibe con alegría cualquier aportación. Que la federación «pague el viaje de 24 personas es impensable porque es mucho dinero. En este caso cuadró en China, pero una ayuda sí que tendría que dar en estos casos”. Por otro lado, “el club tampoco puede soportar el gasto de 25.000 euros, ese gasto es más del presupuesto de todo el año”.
Una semana de finales de agosto en China
El comité recomienda a los patinadores llegar Nanjig unos días antes de la competición. “El viaje está previsto del 28 agosto al 5 de septiembre. Competimos el día 3, tenemos que estar allí el día 1 para hacer el pago de homologaciones” y otros asuntos.
A ello hay que añadir otros aspectos que dificultarían el rendimiento de los deportistas. “Entre el cambio horario (19 horas de diferencia) y el cambio de clima (mucha humedad y una temperatura media de 40 grados)… para aclimatarse un poco y por el jet lag recomiendan estar unos días antes”, explica David.
La mayoría de patinadores tienen que pagar los viajes a los campeonatos de sus bolsillos
Una vez allí y cumplido el sueño, disfrutarán de la experiencia y dejarán todas sus fuerzas en la pista. “vamos a darlo todo y sacar todo lo que tenemos dentro”.
Y es que para David no más importante no es la clasificación. “Yo nunca voy con la meta de quedar terceros, subir a podium, clasificarse para… Mi forma de verlo es que estamos patinando, que nos gusta mucho, vamos a esforzarnos al máximo, vamos a dar nuestra mayor versión para hacer un buen papel”. Sus expectativas van más hacia las personas que los siguen, “los padres o la gente ajea al club”, para que se sientan orgullosos.
Sin duda alguna estarán muy orgullosos. Padres, amigos y los propios patinadores se están volcando con esta ilusión que es la recompensa a muchas horas de entreno, esfuerzo y sacrificio. Todavía no tiene todo el dinero, pero no renuncian a conseguirlo para coger el avión rumbo a China. “Ir vamos a ir. Eso está tan claro como que me llamo David”, afirmaba el entrenador. Lo conseguirán, en China demostrarán todo lo que saben hacer y lo bien que patinan. Volverán a poner el pabellón en pie, como ya lo hicieron en el resto de competiciones que superaron esta temporada y la cual terminará con el mejor premio, poder diputar un campeonato del mundo.