Las siglas IPC (Índice de Precios de Consumo) traen de cabeza a los pequeños negocios regentados por autónomos, y también a las pymes. Durante el mes de abril, según datos del Instituto Nacional de Estadística, este índice subió un 1% con respecto a marzo, y un 2,6% de subida intermensual. Estamos ante el aumento más alto en abril desde 2012. ¿Qué significa esto?
Básicamente, estamos ante una importante subida de precios en materias primas que utilizan los pequeños negocios para producir artículos u ofrecer servicios profesionales. Normalmente, estas subidas vienen determinadas por el aumento del coste de elementos como la gasolina o la luz. El problema es que, mientras que a un pequeño negocio le es más caro producir lo que vende, no puede repercutir este coste directamente en dichas ventas. Dicho de otro modo: pierde dinero.
Pongamos un ejemplo práctico. Un abogado que cobra una tarifa mensual a sus clientes en concepto de asesoramiento legal. A este profesional autónomo le cuesta más encender la luz en su oficina. Y también le cuesta más la gasolina para desplazarse a ver a sus clientes. Sin embargo, no repercute estas subidas a los contratos de asesoramiento que haya firmado. Es decir, cobra lo mismo a sus clientes. Por lo tanto, en un contexto inflacionario, gana menos dinero. Y si esto se prolonga en el tiempo…
Varios meses de inflación… y lo que queda
Estamos ante el octavo mes consecutivo con inflación en España. Y las previsiones no son mejores. Si acudimos a la que realiza la Unión Europea sobre nuestra economía, encontramos en su último balance una inflación al alza en los próximos meses. A corto plazo, el principal culpable será el precio del petróleo, que seguirá en ascenso. Mientras que el aumento de los costes energéticos serán los que impulsarán los precios al alza en la segunda mitad del año.
Esto puede afectar también a la competitividad de los productos que vende una pyme en el exterior. Según las estadísticas recientemente presentadas por Eurostat (servicio público de estadísticas a nivel europeo), España se encuentra entre los países más inflacionarios del momento. Mientras que en abril la media europea de inflación se situó en el 1,9%, en España nos fuimos al mencionado 2,6. Sólo nos superan seis países de los 29 analizados en esta estadística.
Según esta fuente, los diablos que están haciendo perder dinero y competitividad a los autónomos y pymes son las fuentes para el transporte (es decir, la gasolina), los paquetes vacacionales (lógico, teniendo en cuenta que se aproxima época de reservas de cara al verano) y combustibles para sistemas de calefacción. En el otro de la balanza, en abril han suavizado la subida de los precios a nivel europeo las telecomunicaciones, el pan y los cereales y la ropa, que es ahora más barata.
Denuncias colectivo autónomos
Desde las asociaciones de trabajadores autónomos se alerta de la necesidad de establecer medidas que ayuden a controlar esta situación. Este tipo de variaciones afectan especialmente a los negocios más pequeños, que no pueden modificar con facilidad y al alza el precio de los productos, lo que les hacer perder poder adquisitivo, según denuncian.
De momento, no hay por qué alarmarse. Los expertos coinciden en que una inflación moderada no es algo negativo. Especialmente en la actual situación de la economía europea. Sin embargo, los autónomos ya están perdiendo dinero en este escenario. Y las previsiones dicen que irá a más. Sin duda, hay que estar pendiente de este indicador, porque en España está creciendo más rápido que en la mayoría de los países europeos. Y porque estos ascensos afectan gravemente al bolsillo de los autónomos.