El reconocimiento retinal, el exoesqueleto biónico o el precursor del libro electrónico fueron inventados por científicas o inventoras españolas. Casi nadie es consciente de que el chupachups o el futbolín son inventos patrios, pero es peor el dato demoledor que indica el desconocimiento sobre los inventos españolas que desarrollaron mujeres de nuestro país, y de su importancia para la ciencia. En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que celebramos este martes 11 de febrero, Telefónica ha querido hacer un homenaje a nuestras científicas e inventoras más exitosas, para que no se nos vayan de la cabeza y sirvan de ejemplo a las nuevas y futuras generaciones.
Según explica el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la celebración hoy del día internacional se decidió a finales de 2015 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que menos mal que para estas cuestiones no tiene a avenirse al veto de su Consejo de Seguridad (China, Francia, Rusia, Reino Unido y el inefable EE.UU tienen ese derecho), con la finalidad de «fomentar y lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas».
se han producido grandes descubrimiento e inventos en España que fueron ideados y desarrollados por mujeres cuyo nombre se reconoce poco o solo en su área de trabajo, y entres sus familiares
El chupachups, la jeringuilla desechable, el autogiro, la fregona o el futbolín se inventaron en nuestro país, y sus inventores fueron hombres. Sin embargo, se han producido grandes descubrimiento e inventos en España que fueron ideados y desarrollados por mujeres cuyo nombre se reconoce poco o solo en su área de trabajo, y entre sus familiares. Telefónica ha querido hacerles un homenaje para celebrar su día y así hacer correr la voz para que llegue hasta colegios e institutos y animen a niñas y adolescentes a decidirse por carreras científicas o STEM, porque la imaginación femenina mezclada con la sabiduría y la ciencia puede darnos de aquí en adelante todavía muchas más satisfacciones patrias.
INVENTORAS ESPAÑOLAS CONTEMPORÁNEAS
Recorriendo la historia de las mujeres desde ahora para atrás, encontramos el nombre de Margarita Salas, que tal y como señalan desde la asociación de empresas relacionadas con el área digital, DigitalES, es uno de los nombres que aparece en el libro «Supermujeres, Superinventoras» de Sandra Uve.
La bioquímica asturiana, que falleció en 2019, determinó la direccionalidad de la lectura de la información genética, y también descubrió el ‘ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29’, con aplicación esencial en todo tipo de desarrollos biotecnológicos, ya que permite la amplificación del ADN de manera rápida, fiable y sencilla. Durante los seis años en que la patente estuvo activa, entre 2003 y 2009, generó más de seis millones de euros.
Como científicas contemporáneas en nuestro país, Telefónica destaca en su blog también a Celia Sánchez-Ramos, precursora del reconocimiento de retina, una mujer nacida en 1959 y que cuenta con numerosas patentes presentadas, entre otras el ‘Kit y método de detección pre mortem de la enfermedad de Alzheimer in vitro’, nada menos.
Otra estrella entre nuestras inventoras es Ángeles Ruiz-Robles, una maestra de León que fue, nada menos, que la inventora de e-book
Sánchez-Ramos ha destacado por su utilización de la retina como constante biométrica para el reconocimiento de individuos, bajo el nombre de «Método y dispositivo para el reconocimiento de individuos basado en la imagen de la retina que incorpora como constante biométrica el área imagen del punto de fijación».
Con este sistema, la zaragozana creo un sistema capaz autentificar la identidad a través del reconocimiento por córnea, un método de seguridad biométrica, que ya se ha utilizado a nivel mundial por bancos, hoteles, oficinas, y hasta por el desarrollador de IA más famosos, Sam Altman, CEO de Open AI, con su iniciativa Worldcoin.
Otra estrella entre nuestras inventoras es Ángeles Ruiz-Robles, una maestra de León que fue, nada menos, que la inventora de e-book, «años antes de que Michael Hart se llevase el mérito en 1971». Ella llamó a su invento «Procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros» y llevaba contaba con la patente número 190.698. Su idea fue desde el principio liberar a su alumnado de la enorme carga que llevaban a al espalda a diario debido al peso de los libros de texto.
Entre las inventoras españolas también destaca la ingeniera industrial Elena García Armada, creadora del primer exoesqueleto biónico del mundo para menores con atrofia muscular espinal. Lideró su grupo de trabajo en el CSIC con un invento que ha ayudado a unos dos millares, solo en España de jóvenes con esa grave patología degenerativa.
Inició su carrera centrándose en los robots industriales, pero conoció en 2009 a una niña de 9 años que víctima de un accidente de tráfico que le produjo una tetraplejía, y vio cual era el camino de sus esfuerzos inventores. Continúa dedicándose a crear dispositivos que «mejoran la facultades físicas, la rehabilitación o el aumento de la movilidad de menores sufran enfermedades neuromusculares degenerativas», según explican en el blog de Telefónica.
la ingeniera industrial Elena García Armada creó del primer exoesqueleto biónico del mundo para menores con atrofia muscular espinal
Más contemporánea todavía es la inventora Teresa Gonzalo, una investigadora nacida en 1977, que creó en 2012 un gel vaginal que inhibe en un 80% el contagio del VIH para que algunas mujeres puedan protegerse sin permiso de su pareja, «algo prohibido en según qué lugares del mundo», indican en DigitalES. La española ha fundado su propia empresa para comercial el gel, Ambiox Biotech, que resulta más económico que cualquier otro producto de prevención en este sentido.
INVENTORAS ESPAÑOLAS DE OTROS SIGLOS
Yéndonos más atrás en el tiempo, nos encontramos con la monja María del Carmen Ortiz de Arce, conocida también como Sor Perboire, que desde la orden Hijas de la Caridad trabajó hasta diseñar y patentar en 1909 ‘Regleta Sor’, un sistema para que los niños y niñas invidentes pusiera escribir en Braille y que se complementaba con un punzón y servía para escribir el trazo de caracteres visuales con relieve de forma que fueran tanto detectables al tacto como visibles a la vista.
A finales del siglo XIX, en 1890, Elia Garci-Lara Catalá inventó en su tierra natal, Valencia, el lavadero mecánico para ropa, registrado con la patente 10.711. Es una verdadera pena que el dispositivo finalmente no se comercializaras, puesto que el sistema clasificaba las prendas dependiendo de criterios diferentes y las sometía a un proceso de lavado, aclarado, escurrido y secado, bien al aire libre o con una secadora y, además, también las planchaba. Abogamos, todos y todas, con firmeza por la revisión y comercialización ya mismo de este invento.
Finalizamos el recorrido con Fermina Orduña, que fue la primera mujer española que se conoce que en 1865 consiguió obtener una patente, lo que entonces se conocía como un «privilegio de invención», el número 4006, cuyo título es «Carruaje para caballerizas para la conducción higiénica de las burras, vacas o cabras de leche para la expedición pública«, es decir, un carro que trasladaba el ganado que daba leche, pero que reducía el tiempo que pasaba entre el ordeñado del animal hasta su venta en otro lugar, garantizando un trasporte rápido y cuidadoso con las necesidades de los animales.