La sal es necesaria para tu organismo, pero en la medida adecuada. Cuando se disuelve en el líquido de tu cuerpo, la sal se divide en dos componentes: el anión cloro y el catión sodio. Estos son elementos imprescindibles para un buen funcionamiento interno.
Los electrolitos mandan las señales a los nervios y hacen que tus músculos se relajen, además de introducir nutrientes en las células. Pero ojo, en un adulto no es recomendable tomar más de cinco gramos de sal al día.
Sería recomendable cambiarla por otros alimentos que también sirven para aderezar, dar sabor y aportar beneficios. Añadir a los alimentos ajo crudo, cebolla, tomillo, jengibre, pimienta o cayena es más adecuado que ponerte a echar puñados de sal a diestro y siniestro. Te diré lo que puede ocasionar que tu consumo de sal sea elevado.
Hipertensión
Cuando tomas mucha sal, tu presión arteria aumenta por culpa del efecto vasoconstrictor que produce. Además, las arterias dejan de ser elásticas y complican el buen funcionamiento del corazón.
La sal hace que tus factores de riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca aumenten y tengas más probabilidades de tener un infarto. El corazón tiene que trabajar el doble y no puede bombear la sangre suficiente que tu organismo necesita.
Es como cuando sacas la carne cruda y esta se seca y se endurece. Al interior de tu cuerpo le sucede lo mismo, tan solo que más lentamente.
Descalcificación
Cuando tomas mucha sal, tus huesos sufren las consecuencias. Esta hace que la cantidad de calcio de tu cuerpo disminuya considerablemente.
En la orina pierdes más calcio haciendo que tus huesos se desmineralicen poco a poco. Hay una relación entre la ingesta elevada y la osteoporosis. Por lo tanto, se puede afirmar que tomar mucha sal es directamente proporcional a tener problemas en los huesos.
Fallo renal
En tu cuerpo los que se encargan de filtrar la sal son los riñones. Si tomas demasaiada, se acumula en los riñones y hace que estos no funcionen correctamente. Cuando tus riñones tienen demasiados depósitos de sal estancados en ellos es más fácil que se te formen las temidas piedras del riñón o cálculos renales.
Que tus riñones no filtren correctamente también provoca que la tensión se te suba con todo lo que ello conlleva.
Sobrepeso
El sobrepeso y la obesidad acarrean problemas como el colesterol, el azúcar, fallos cardiovasculares y otras enfermedades bastante graves para tu salud. Una de los responsables del sobrepeso es la sal.
Cuando tomas demasiada, tu cuerpo te pide tomar más bebidas con exceso de glucosa y eso hace que las calorías comiencen a sumar. Además, la sal hace que retengas líquidos y eso hace que tus extremidades se hinchen.
Accidentes cerebrovasculares
Tener un accidente cerebrovascular o ictus puede causarte desde parálisis facial hasta la muerte. El exceso de sal aumenta enormemente tus posibilidades de tener sangrados cerebrales.
Las personas que quedan vivas después de tener una hemorragia cerebral, en su mayoría, quedan con secuelas de por vida. Cuando tienes un ictus puedes sufrir disfunciones neuronales y físicas que impidan que hagas una vida con normalidad.
Evitar que algo de esto te suceda está en tu mano. Es algo tan sencillo como controlar los alimentos que comes y la ingesta de sal diaria que tienes. Como te he dicho, la sal cumple una función importante en el buen funcionamiento del organismo. No obstante, todo en su justa medida es beneficioso.
Además, debes recordar que el sedentarismo no ayuda a que la sal que consumes se elimine. Es necesario hacer deporte o andar media hora al día para mantener un corazón y unos pulmones sanos.