jueves, 6 febrero 2025

DeepSeek y Trump: luz y sombra en los esfuerzos de los países para la nueva Cumbre de IA de París

La nueva Cumbre de Inteligencia Artificial (IA) de París va a tener a la figura de Donald Trump y la irrupción de la IA generativa china DeepSeek como agitadores del avispero de países y acuerdos para dirigir una de las tecnologías que están cambiando el devenir y los destinos de la humanidad, como ya lo hiciera la rueda, la máquina de vapor, internet o los smartphones. La reunión buscará un consenso global sobre los principios de la IA y se centrará en el código abierto de sus modelos y su consumo energético para tratar de conducirla por el buen camino, pese a que se ha convertido ya en un arma arrojadiza geopolítica.

El mundo va a mirar fijamente lo que ocurra la semana que viene en París, donde el recientemente nombrado gobierno de Donald Trump puede aprovechar para «llevarse» bien con el resto de regiones geopolíticas en algún aspecto o área, especialmente con China, además de con el resto de las 100 naciones que se van a reunir para hablar de la inteligencia artificial generativa y el futuro de la humanidad en su relación con esta disruptiva tecnología.

Allí van a estar altos directivos de Google, de Microsoft, Sam Altman, de Open AI, por supuesto, muchos presidentes de los distintos países, y podrán reunirse todos con todos. Lo que no se sabe muy bien es si EE.UU asumirá los consensos en las distintas líneas de trabajo y propuestas que se van a plantear.

La actitud de la administración Trump no parece muy de acuerdo con objetivos globales, ideales para frenar el consumo energéticos y códigos abiertos por el bien de toda la humanidad. No es su línea de pensamiento político precisamente. No obstante, agencias internacionales han avanzado que sí se está tratando de conseguir la emisión de un comunicado no vinculante de principios para gestionar la IA que sea firmado tanto por China, como por EE.UU. Podría ser el vicepresidente de USA, JD Vance, el que dé la nota discordante con el resto de países del mundo.

la cumbre planteará cómo distribuir los beneficios de la IA a los países en desarrollo, a través de modelos más económicos fabricados por empresas como la francesa Mistral y la china DeepSeek

Las naciones se juntan de nuevo para crear los moldes del futuro desarrollo seguro de la IA. La reunión se celebra un año después de la primera «convocatoria» que tuvo lugar en en Bletchley Park, Inglaterra, donde las potencias mundiales reconocieron estar medio en shock ante los evidentes peligro que planteaba la IA, tras el arrollador éxito de ChatGPT desde que apareciera en nuestras vidas en noviembre de 2022, y que su promotor, Sam Altman, de OpenAI, se recorriera los principales países asuntándolos más si cabe al señalar que sí, que era peligrosa, y que debía ser regulada.

De la primera reunión en Inglaterra, pasando después por la de Seúl en mayo de 2024, a la de París ha aumentado en número de estados participantes en la cita para diseñar los caminos adecuados para el desarrollo y la implantación de la IA, que cada día más está presente en todo los sectores productivos a nivel global. Las cuestiones regulatorias, en esta ocasión, se han quedado fuera de la agenda.

DeepSeek y Trump: luz y sombra en los esfuerzos de los países para la nueva Cumbre de IA de París

DEEPSEEK Y EL RETO DEL CÓDIGO ABIERTO

La anfitriona de esta nueva Cumbre de Acción sobre la IA es Francia, junto con India, porque es el país europeo que cuenta entre sus empresas con Mistral, conocida como la «Open AI» del país galo, la única en el panorama europeo que está desarrollando un modelo de gran lenguaje (MLL) generativo propio.

Mistral AI llegó a valorarse en más 6.000 millones de dólares y está considerada una joya en su país, que arrasó en la reunión de Davos del pasado año 2024 porque también es una IA de código abierto y utilizaba menos recursos. Sin embargo, la aparición de la aún más eficiente y económica DeepSeek, bien le puede perjudicar en su modelo de negocio, o bien encumbrar porque demuestra que iba por buen camino.

La reunión que va a tener lugar los próximos días 10 y 11 de febrero se a a enfocar en este tipo de áreas de la IA: en ofrecer sistemas abiertos que están disponibles y son de libre uso (código abierto) y que además utilizan energías limpias o renovables para saciar la voracidad energética de los centros de datos. También se van a tratar temas como la necesidad de frenar las disfunciones laborales que esta tecnología puede provocar, y promover la soberanía de los modelos de IA en un mercado global como en el que nos encontramos.

la cumbre se centrará en los modelos de IA abiertos, que utilizan energías renovables, en frenar las disfunciones laborales y promover la soberanía de los distintos modelos

Entre las prioridades está la de plantear cómo distribuir los beneficios de la IA a los países en desarrollo, a través de modelos más económicos fabricados por empresas como la francesa Mistral y la china DeepSeek. La empresa china provocó un terremoto en los mercados globales el mes pasado cuando demostró que podía competir con las grandes tecnológicas de EE.UU con su IA de razonamiento similar al humano, pero cobrando mucho menos. Francia ha aprovechado la aparición del ‘ChatGPT’ chino, más barato en todos los sentidos, como prueba de que la carrera mundial hacia una IA más potente sigue abierta.

Para competir con Estados Unidos y China, Francia promueve la creación de «campeones europeos» en IA, ya que con 450 millones de habitantes, la Unión Europea tiene el potencial de desarrollar grandes empresas tecnológicas, pero afronta barreras como la fragmentación de sus mercados y su eterna falta de financiación.

Se espera que en esta cumbre se consigan compromisos inversores de organizaciones filantrópicas y empresas que alcancen has los 500 millones de dólares, y que la cifra llegue hasta los 2.500 millones en cinco años para desarrollar proyectos de IA de interés público, como es el caso, por ejemplo, de nuestra Alia española. También se pretende en la cumbre aunar esfuerzos para conciliar la IA con el gasto energético que su utilización aumenta exponencialmente y su incidencia en el clima.

También se ha pensado en insistirle a Bruselas en que no incida demasiado más de lo que ya lo ha hecho en la regulación de la IA, para así permitir que Mistral y otras empresas europeas crezcan, se desarrollen y triunfen en esta tecnología sin tener que afrontar pesadas cargas burocráticas hasta para mover cada giga de datos. Al fin y al cabo, esa fue la promesa de Ursula von der Leyen para su segundo mandatos; priorizar la competitividad tecnológica europea, atraer inversión para las empresas emergentes, crear y consolidar un ecosistema europeo y reducir la dichosa burocracia que todo lo frena.


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