Durante el III Día del Hidrógeno, celebrado por Enagás en Madrid el pasado miércoles, Pedro Sánchez cifró en dos millones de toneladas la cantidad potencial de H2 que España puede exportar a sus socios europeos cada año. Sin embargo, según las previsiones de ING habrá que esperar hasta 2030 para que la producción conjunta de toda la UE se acerque a los tres millones de toneladas.
En su informe Energy Outlook 2025: Growth amid challenges, la entidad financiera anticipa que la producción de hidrógeno (H2) bajo en carbono solo alcanzará cuatro millones de toneladas para 2030, de las cuales 2,8 millones de toneladas serán de hidrógeno ‘verde’ propiamente dicho. Una estimación muy por debajo no solo de las ilusiones del presidente de Gobierno español, sino también del objetivo del programa REPowerEU, que busca nueve millones de toneladas de hidrógeno ‘verde’ para 2030.
«Aunque el mercado ha adoptado una visión más realista, esto aún no se ha reflejado en los objetivos de política», indica el estudio.
DERRUMBE DE LAS EXPECTATIVAS EN TORNO AL HIDRÓGENO
ING parte de la premisa de que el auge del hidrógeno en 2024 ha dado paso a una perspectiva «más realista» para 2025. «El enfoque está cambiando de anuncios ambiciosos de proyectos a una ejecución y progreso tangibles» -señala- «A pesar de esto, nuestras previsiones siguen quedando por debajo de los objetivos de política».
El año pasado ING anticipó que 2024 serviría como una «prueba de realidad» para los esfuerzos de expansión del hidrógeno. «Sin embargo, las expectativas han caído aún más de lo previsto, con una disminución de más del 80% en los nuevos anuncios de proyectos a nivel mundial y productores reduciendo compromisos previos».
De cara a 2025, los autores del informe esperan un enfoque más realista, aunque «desde una perspectiva pesimista». El mercado del hidrógeno, dicen, aún está en su más tierna infancia, por lo que la mayor parte del crecimiento «probablemente ocurrirá a partir de 2028, cuando muchos proyectos comprometidos y avanzados entren en operación».
EEUU Y EUROPA
ING pronostica que EEUU y Europa liderarán la producción, gracias a un sólido respaldo normativo. Citando como fuente a Bloomberg New Energy Finance, el estudio indica que se espera que más del 60% del hidrógeno bajo en carbono a nivel mundial se produzca en estas regiones para 2030.
En Estados Unidos, pese a que tiene la cartera de proyectos más sólida, el H2 sufrirá, a causa de la recién estrenada Administración Trump. Se espera que el nuevo Gobierno favorezca la producción de gas natural y la Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS), en lugar de apoyar extensivamente los costosos electrolizadores.
Por otro lado, Europa se está enfocando más en la producción de hidrógeno ‘verde’ mediante la puesta en marcha de proyectos de electrólisis. Se espera que múltiples proyectos entren en operación en 2025, con el proyecto de Shell en los Países Bajos (200 megavatios) como el más grande.
RIESGOS EN EL SUMINISTRO
El informe de ING enumera cinco factores de riesgo para el suministro de hidrógeno en Europa.
El primero de ellos es la financiación, excesivamente dependiente de las ayudas públicas y los instrumentos de la UE, como los Proyectos de Interés Común, el Fondo de Innovación de la UE y el Banco Europeo del Hidrógeno.
Por otro lado, los proyectos de H2 tienen dificultades para asegurar conexiones a la red eléctrica o enfrentan congestión futura, «lo que hace esencial mejorar la flexibilidad de los electrolizadores», advierte el estudio. En tercer lugar, el aumento de los costos, que dificulta la rentabilidad; y en cuarto y quinto lugar se encuentran las tensiones geopolíticas y los problemas de rendimiento.
ING encuentra una gran fuente de incertidumbre en la falta de contratos de compra vinculantes para el hidrógeno ‘verde’
Al margen de estos cinco grandes vectores de riesgo, ING encuentra una gran fuente de incertidumbre en la falta de contratos de compra vinculantes, «ya que los primeros adoptantes dudan en comprometerse con precios elevados a largo plazo».
Finalmente, el sector del acero, que anteriormente impulsaba muchas inversiones en hidrógeno, está reduciendo su compromiso debido a los altos costos de la energía en Europa. No obstante, se espera que la demanda procedente de refinerías de petróleo y combustibles sintéticos aumente en 2025.
2025, UN AÑO CRUCIAL
Dado que el hidrógeno ‘verde’ sigue siendo más costoso que los combustibles fósiles, «las decisiones políticas de 2025 serán fundamentales», concluye el documento.
La Comisión Europea presentará su Clean Industrial Deal para apoyar sectores industriales difíciles de descarbonizar, como el del acero y el del cemento. De su lado, al otro lado del Atlántico la nueva administración estadounidense liderada por Donald Trump podría modificar incentivos fiscales y regulaciones, lo que impactaría la viabilidad de los proyectos de hidrógeno.
Por ello, el año que acabamos de comenzar «será clave, con decisiones que moldearán el futuro del hidrógeno bajo en carbono».