El debate sobre el uso de pantallas por parte de los más jóvenes sigue generando muchas preguntas en las familias. En la era digital, la crianza se enfrenta a un reto único: cómo gestionar el tiempo que los niños y móviles pasan juntos. Durante años, se ha insistido en la necesidad de limitar el uso de dispositivos electrónicos, pero ahora, nuevos enfoques sugieren que la calidad del contenido es incluso más importante que la cantidad de tiempo frente a una pantalla. Lejos de las estrictas restricciones, una perspectiva más equilibrada podría ser la clave para que la tecnología beneficie a los más pequeños en lugar de perjudicarles.
1Más allá de los minutos: el contenido importa en la relación niños y móvil
La creencia de que limitar el tiempo de uso de las pantallas es la única solución es un enfoque demasiado simplista. No todo el tiempo frente a una pantalla es igual, y el impacto en los niños depende en gran medida del contenido que consumen y de cómo lo hacen. Por ejemplo, ver un programa educativo o interactuar con una aplicación que fomente la creatividad puede ser más beneficioso que simplemente navegar sin rumbo por redes sociales o ver vídeos de manera pasiva. Este cambio de perspectiva invita a las familias a priorizar el contenido sobre la duración.