La agencia de calificación financiera Moody’s identifica cuatro riesgos para el crédito mundial este 2025.
Con la normalización de las condiciones macroeconómicas, el panorama crediticio mundial parece preparado para una mayor estabilidad en el próximo año.1 Pero existen varias fuentes de riesgo que podrían alterar esta perspectiva relativamente optimista. En este artículo, exploramos cuatro escenarios que, aunque no son exhaustivos, podrían alterar significativamente las condiciones macroeconómicas y crediticias, y potencialmente tener implicaciones para la calificación.2
El presidente Donald Trump promulga sus anuncios de campaña sobre comercio, impuestos e inmigración. Aunque es probable que las restricciones institucionales y la reacción del mercado moderen la adopción de medidas políticas más radicales, la imposición de aranceles radicales, la expulsión de millones de inmigrantes indocumentados y la aprobación de nuevos recortes fiscales provocarían un aumento significativo y repentino de la inflación en EE.UU. (Aaa negativa).
Suponiendo que la Reserva Federal (Fed) responda a una mayor inflación subiendo los tipos, esto perjudicaría a los emisores nacionales, en particular a las empresas de menor calificación, pero también a los externos, por ejemplo a los emisores de mercados emergentes. Si Trump intenta influir en la Fed, eso dañaría la credibilidad institucional.
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Riesgos según Moody’s
Los gobiernos europeos se enfrentan a importantes cargas derivadas del gasto en defensa. Si EE.UU. retirara la ayuda a Ucrania y las conversaciones de paz fracasaran, el riesgo de seguridad asociado probablemente provocaría un aumento de las primas de riesgo en toda Europa.
Además, dada la escasa probabilidad de llegar rápidamente a un acuerdo sobre un instrumento común de financiación de la deuda de la UE, es probable que los gobiernos europeos tengan que endeudarse más directamente para cubrir en parte el déficit, poniendo a prueba la confianza de los mercados. Los gobiernos europeos también tendrían que gastar mucho más en sus propias capacidades militares y de defensa. Los recortes del gasto en otras áreas y las subidas de impuestos en respuesta podrían tener también efectos en cadena para algunos sectores.
Las tensiones en Oriente Medio desencadenan un conflicto más amplio que afecta al suministro energético. A pesar del reciente alto el fuego acordado entre Israel (Baa1 negativo) y Hamás, tras el alto el fuego con Hezbolá en noviembre, las tensiones siguen siendo elevadas. Sigue existiendo un riesgo real de que un paso en falso desemboque en un conflicto prolongado entre Israel e Irán en el que Estados Unidos se vería implicado. En ese caso, los precios del petróleo podrían dispararse e Irán podría interrumpir el tráfico marítimo en el estrecho de Ormuz. Esto perjudicaría a la economía mundial, provocando un debilitamiento de la actividad económica y un aumento de la inflación.
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Los choques provocan un colapso del apetito por el riesgo. La actual combinación de medidas de valoración elevadas y volatilidad relativamente baja ya sugiere que los mercados podrían no estar dando suficiente importancia a los escenarios bajistas. Si el sentimiento de los inversores se volviera agudamente negativo en toda una serie de mercados financieros, los precios de los activos caerían, los diferenciales de crédito aumentarían y, como consecuencia, se producirían importantes perturbaciones económicas. Veríamos más impagos, ya que los emisores con necesidades de refinanciación se esforzarían por hacer frente a unos costes de refinanciación más elevados.
1. Esperamos un crecimiento del PIB del G-20 del 2,6% este año, y que la tasa de impago a 12 meses de grado especulativo descienda por debajo del 3% a finales de año, desde el 4,8% de diciembre de 2024. Sin embargo, estas previsiones se basan en las políticas actuales y cambiarán con nuevos acontecimientos, como una decisión estadounidense de aplicar aranceles, por ejemplo.
2. Otras fuentes de riesgo, como los fenómenos climáticos, la inteligencia artificial y el malestar social, también podrían desencadenar perturbaciones importantes a nivel local o para algunos créditos el próximo año, pero es menos probable que tengan implicaciones significativas y de gran alcance.