Libby Cantrill, responsable de Políticas Públicas de PIMCO, revisa las primeras medidas ejecutivas que ha promulgado Trump.
El presidente Trump juró el cargo el lunes como el 47º presidente, el único presidente en servir mandatos no consecutivos desde Grover Cleveland, el 22º y el 24º presidente. Entre las políticas económicas mencionadas durante su discurso de investidura, Trump destacó temas habituales en la campaña electoral, como minimizar la inflación, restringir la inmigración, utilizar los aranceles para crear igualdad de condiciones y subrayar la importancia del petróleo en la economía.
También se refirió a posibles planes de expansionismo estadounidense: desde Groenlandia hasta el Canal de Panamá, pasando por rebautizar el Golfo de México como Golfo de América. No mencionó el déficit presupuestario ni la situación de la deuda estadounidense.
El presidente Trump promulgó una serie de medidas ejecutivas, incluida una que revocaba 67 de las medidas ejecutivas del presidente Biden, desde la derogación de las políticas climáticas y la congelación del programa de garantía de préstamos del Departamento de Energía (aunque ya se han concedido 170.000 millones de dólares de la Ley de Reducción de la Inflación en préstamos y subvenciones, que son casi imposibles de rescindir) hasta la anulación de las iniciativas de Biden en materia de DEI (Diversity, Equity and Inclusion), así como la derogación de la pausa a la exportación de GNL que Biden había impuesto.
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Además, Trump emitió otras 25 Órdenes Ejecutivas que iban desde retirarse del Acuerdo Climático de París (otra vez) y de la Organización Mundial de la Salud(otra vez) hasta declarar una emergencia nacional en la frontera sur, lo que permite al Gobierno federal enviar más recursos a la frontera, pasando por declarar una emergencia energética nacional para poder perforar más en tierras federales.
Trump también estableció una congelación regulatoria de las normativas pendientes (Biden hizo algo similar), además de volver a llamar a los trabajadores federales para que trabajen en persona a tiempo completo y reclasificar a algunos trabajadores como empleados de la «Lista F», lo que podría permitir a Trump despedir a esos empleados y sustituirlos por otros más alineados políticamente (o simplemente no sustituirlos), aunque esto ya se ha topado con algunos problemas con los sindicatos de empleados federales.
Como ocurre con cualquier acción ejecutiva -demócrata o republicana-, las órdenes ejecutivas son 1) simplemente interpretaciones diferentes de la legislación vigente, lo que significa que no cambian las leyes, sino que simplemente las interpretan y aplican de forma diferente (para cambiar una ley hace falta una ley del Congreso), y 2) normalmente no resisten el paso del tiempo como las leyes, porque como hemos visto desde Obama hasta Trump 1.0, pasando por Biden y Trump 2.0, a menudo son deshechas por sus predecesores.
Aún y así, muchos de estos cambios políticos son sustanciales y tendrán un impacto en los próximos cuatro años, o más, dependiendo de quién suceda a Trump (Trump no puede volver a presentarse).
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Trump 2.0 y los aranceles
El presidente Trump habló de aranceles en su discurso, así como emitió una “Orden Ejecutiva America First Trade Policy” (aquí), que entre otras cosas, ordenó a los secretarios de su gabinete “investigar las causas de los grandes y persistentes déficits comerciales anuales de bienes de nuestro país”, y “recomendar medidas apropiadas, como un arancel global suplementario u otras políticas, para remediar tales déficits”.
China, la UE y México son los tres países que tienen el mayor déficit comercial de bienes con Estados Unidos, aunque el déficit comercial de China ha disminuido con Estados Unidos desde que se impusieron los aranceles en 2018 (podría decirse que transbordando a través de otros países, como México y Vietnam). A última hora del día, Trump sí amenazó con aranceles del 25% a México y Canadá, así como del 100% a los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Es posible que los aranceles no se hayan incrementado el lunes, pero instaríamos a no leer demasiado en lo que es más probable un retraso, en lugar de una ausencia de futuras acciones arancelarias; al mismo tiempo, creemos que los aranceles generalizados sobre México y Canadá – particularmente en el nivel del 25% – son menos probables que los aranceles específicos de cada país en otros lugares (seguimos pensando que la UE y China son bastante vulnerables).
Trump 2.0 y el DOGE
De las 26 Órdenes Ejecutivas, una de ellas estaba dedicada al establecimiento formal del Departamento de Eficiencia Gubernamental o DOGE. Aunque Elon Musk y Vivek Ramaswamy habían hablado de recortar 2 billones de dólares del presupuesto gubernamental anual de 6,8 billones, en la OE no se aludía a ningún recorte de gastos.
De hecho, el principal objetivo de la DOGE según la OE del lunes es “modernizar la tecnología y el software federales para maximizar la eficiencia y productividad gubernamentales”, lo cual es un objetivo loable (y podría decirse que necesario), pero también muy diferente del enfoque de recorte del déficit que pretendía tener originalmente.
Aun así, el lunes se presentaron tres demandas inmediatamente después de la creación del DOGE, alegando, entre otras cosas, que el DOGE incumple la FACA, la ley que rige los comités consultivos federales, que, entre otras cosas, restringe a las personas que puedan tener conflictos de intereses materiales, como grandes contratos con el gobierno.
Hemos sido escépticos en cuanto a la capacidad de la DOGE para ahorrar costes significativos -dado que es en gran medida competencia del Congreso- pero la acción del lunes reorienta el esfuerzo lejos de los recortes directos del gasto y más hacia el aumento de la eficiencia a través de mejoras tecnológicas; irónicamente, es probable que estas mejoras cuesten más a corto plazo (y podrían necesitar una asignación del Congreso), incluso si ahorran dinero a largo plazo. Habrá que esperar a ver qué consigue la DOGE antes de su expiración a mediados de 2026.