El cepillo de dientes es lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en los instrumentos necesarios para tener una buena higiene bucal, porque es lo que usamos cotidianamente, por lo menos dos veces al día. No obstante, hay un aspecto que muchos suelen pasar por alto, pero que es tan relevante, que hasta pone en peligro nuestra salud, no sólo bucal.
¿Dónde guardas tu cepillo de dientes? Un especialista dental nos va a explicar por qué el sitio en el que colocamos nuestro cepillo de dientes es tan importante y cómo hay que seleccionar el lugar más conveniente, para poder marcar una gran diferencia.
1¿Cómo se originó el cepillo de dientes?
No te imaginas que tan antiguo es el cepillo de dientes, de hecho, se tienen los primeros registros del uso de cepillo de dientes en el Egipto Antiguo, aproximadamente desde el año 3000 a.C. Se han encontrado en sepulcros de ese tiempo, en los que fueron encontradas ramitas pequeñas con las puntas suaves, conocidas como «palitos para masticar«, que se usaban por las personas para limpiarse los dientes.
Alrededor del siglo XV, en lo que se conoció como la China imperial, surgieron los primeros cepillos de dientes que se asemejan a los que usamos hoy. Se elaboraban con cerdas que se extraían de los jabalíes de Siberia y del norte de China, unidas a un mango de bambú o de. Bajo ese diseño llegaron a Europa alrededor del año 1600, introducidos por los mercaderes ingleses que lograron viajar hasta Asia. Desde esa fecha, el cepillo de dientes ha sido el instrumento que se ha vuelto indispensable para tener una buena higiene bucal diaria.