Durante 2018 murieron en España 426.053 personas. ¿Traducido a euros? 1.530 millones. Se trata de un 0,57% más respecto al año anterior, según datos de Panasef (Asociación Nacional de Servicios Funerarios). Es decir, la muerte representa el 0,13% del PIB.
“Esta cifra no sólo la componen la retribución a las empresas funerarias, sino que incluye la prestación de servicios y productos de hasta nueve agentes económico diferentes”, concreta Alfredo Gosálvez, secretario general de Panasef.
Unos servicios que son prestados en 2.525 instalaciones funerarias, con 7.050 salas de velatorio. En las mismas trabajan 11.510 personas (tres cuartas partes son varones). Si tenemos en cuenta que, de media, a diario fallecen 1.167 personas, el sector emplea a 9,86 trabajadores por fallecimiento: agente funerario, técnico en tacnatoesteta, forense, chófer…
El 80% de las empresas de servicios funerarios cuenta con una cifra de negocio por encima del millón de euros
“Las empresas de servicios funerarios han realizado una gran inversión en los últimos años en tanatorios y hornos crematorios con el objetivo de acercar el servicio a las familias”, manifiesta Alfredo Gosálvez. Y especifica: “Las defunciones no se producen de forma lineal, sino que existe una gran variabilidad según los meses del año. El sector está preparado para afrontar estos incrementos puntuales de defunciones”. El 80% de las empresas de servicios funerarios cuenta con una cifra de negocio por encima del millón de euros.
PREPARADOS PARA LA MUERTE
El 61% de las personas que fallecieron durante 2018 se puede decir que se había preparado para la llegada de la muerte. La razón es bien sencilla: contaban con un seguro de decesos. En concreto, el sector asegurador atendió el entierro de 275.160 personas.
Son datos de la patronal del seguro, Unespa. La mayoría de las inhumaciones se produjeron en la misma localidad donde tuvo lugar el fallecimiento. En concreto, 185.263. En el 32,5% (89.388 casos), hubo que trasladar el cadáver a otra localidad dentro del territorio nacional. Y 509 personas perecieron fuera de nuestras fronteras.
Según ICEA, el seguro de decesos es el que mayor aceptación tiene entre los ciudadanos españoles, después del seguro de autos. Si en España hay 46,7 millones de habitantes, 21,7 tienen este tipo de protección. Es decir, el 46,6% de la población. Cada póliza, de media, da cobertura de 2,6 asegurados.
A modo de curiosidad, son los gaditanos los que hacen una mayor apuesta por este producto (80% de la población asegurada), seguida de Ávila (79%), Badajoz (72%), Ciudad Real (69%) y Huelva (66%). En el otro lado de la balanza, ‘huyen’ de este producto los ciudadanos de Melilla (sólo 16%), Soria (18%), Huesca (21%), Teruel (22%) y Baleares (23%).