La firma estadounidense Jefferies ha reanudado la cobertura de Acerinox con nota de Mantener y un precio objetivo de 10,50 euros que suponen un potencial del 9% desde los precios actuales. Sin embargo, la siderúrgica española reaccionó ayer con poco brío a la nota de la entidad norteamericana.
El analista Tommaso Castello indica que “nos gusta el mix de productos de Acerinox, su exposición a EE.UU. y su sólido B/S (ND/EBITDA independiente en 2024E 1,0 veces). Sin embargo, mantenemos la cautela dado el difícil contexto macroeconómico de la UE que afecta a los beneficios de las empresas europeas de acero inoxidable.”
“Con una caída de las acciones del 6% en los últimos doce meses, Acerinox presenta una volatilidad inferior a la de sus homólogas (-17% en los últimos doce meses) y representa un negocio sólido que parece bien posicionado para liberar valor una vez que cambien las macroeconomías y se consoliden las potenciales sinergias de unos70 millones de dólares anuales con Haynes.”
Tommaso señala que tras la adquisición de Haynes International por parte de Acerinox, creamos un modelo proforma para mostrar el potencial alcista derivado de la consolidación de Haynes y las sinergias en los próximos años. “En nuestra opinión, la adquisición de Haynes puede representar un argumento convincente para la valoración de Acerinox, especialmente tras la consolidación de las sinergias”.
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Puntos fuertes y débiles de Acerinox
Al analista de Jefferies le gusta:
- Fuerte B/S frente a la historia (2024E ND/EBITDA 1,0 veces), lo que permitió la adquisición de Haynes por 970 millones de dólares;
- Bajos requisitos de capital para la descarbonización, al tener ya una huella de carbono inferior a la media del sector;
- Exposición al mercado menos cíclico y más rentable de las aleaciones de alto rendimiento (HPA), a través de VDM (número 1 en Europa) y Haynes International (importante fabricante estadounidense de HPA avanzadas);
- Liderazgo de mercado en EE.UU. (30% de cuota de mercado) a través de la filial NAS «North American Stainless», reforzado tras la integración de Haynes y las sinergias.
Al mismo tiempo, en la nota a clientes, Tommaso explica que lo que menos les gusta es que:
- Aunque posee alrededor del 10% de la cuota de mercado del acero inoxidable en la UE (30% en EE.UU.), Acerinox se considera un operador de la UE y cotiza con múltiplos inferiores a los de sus homólogos estadounidenses.
- La exposición al débil mercado de la UE (en torno al 50% de las ventas a nivel normalizado) afectó a los resultados en 2024.
- Un capex superior al previsto (250-300 millones de euros frente a 200-250 millones de media) para ampliar capacidades y lograr sinergias pesa sobre el FCF.
- La cotización a 5,9 veces EV/EBITDA en 2025E con menores beneficios no es tan barata si se compara con la media de 5 años de unas 5 veces.
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Por otro lado, Jefferies habla de un contexto macroeconómico desafiante: La demanda de acero inoxidable está impulsada principalmente por los países y regiones donde las mejoras tecnológicas requieren materiales con propiedades avanzadas.
Creemos que las empresas con exposición a EE.UU. (OUT1V #2 con más del 20% de cuota de mercado, Acerinox es líder con un 30% de cuota de mercado) están mejor posicionadas para beneficiarse de un mercado protegido (s232) y más estable (menor volatilidad de precios) apoyado por fondos gubernamentales (IRA, Chips Act, Infrastructure Act).
En nuestra opinión, la posible aplicación de aranceles debería ser positiva para los productores estadounidenses tanto de acero inoxidable como de HPA.
Por último, Tommaso señala que una posible titularidad ESG interesante. Aunque se considera que la industria siderúrgica es muy contaminante (7-9% de los GEI mundiales), los productores europeos de acero inoxidable destacan por su huella de carbono relativamente más baja (la media mundial de Scope 1&2 es de 0,9 t de CO2/tonelada de acero) vinculada principalmente a la producción en hornos eléctricos y al amplio uso de chatarra (superior al 90% en algunos casos).
“En nuestra opinión, dados los compromisos de Acerinox con la neutralidad de carbono y los objetivos tangibles de descarbonización (20% de reducción de CO2 frente a los niveles de 2015 para 2030), podría representar una oportunidad atractiva para los inversores centrados en ESG.”