El colesterol, junto con los triglicéridos, son las grasas que más abundan en tu cuerpo. Estas grasas las tomas a través de los alimentos. Cuando el hígado sintetiza demasiada grasa proveniente de la comida, aumentan los factores de riesgo de sufrir distintas enfermedades como, por ejemplo, arteriosclerosis.
El colesterol bueno es el HDL y se considera que tiene unos valores óptimos cuando está a más de 40 en hombres, y a más de 50 en mujeres. Si tienes muchos HDL también puede ser perjudicial para tu salud.
Los triglicéridos deben estar por debajo de los 150mg/dl en sangre y son las grasas de los alimentos que ingieres y del exceso de azúcar que sintetiza el hígado.
El colesterol LDL o malo, tendrías que tenerlo en niveles inferiores a 129mg/dl. Si sube de 160 es cuando comienzan los problemas de enfermedades cardiovasculares, como los infartos, anginas de pecho o ictus entre otros. No deberías tener el colesterol total por encima de los 200mg/dl. Esta es la suma del HDL y del LDL.
Hay formas de mantener el colesterol malo a raya y es incrementando el consumo del bueno. Te diré algunos trucos para conseguirlo.
1Desayuna sano
Una pieza de fruta es siempre la mejor opción, pero no confundas zumo de frutas con pieza de frutas. Por muy natural que sea, cuando te tomas un zumo estás exprimiendo al menos tres naranjas y aumentando el nivel de glucosa en sangre.
Todas las frutas son buenas la salud, pero aún así, si quieres tener el colesterol en condiciones debes escoger para desayunar frutos del bosque como las frambuesas, arándanos o las moras que tienen antocianina.
La antocianina es la sustancia que colorea la fruta y hace que aumente el colesterol bueno. Las manzanas poseen pectina que hace que tu organismo absorba mejor las grasas y, además, controla el LDL.