Hoy, 18 de diciembre, expira el plazo de Holaluz para refinanciar su deuda, y la compañía no ha perdido el tiempo para ‘preparar el terreno’ y tranquilizar a los mercados en una jornada que se anticipa muy larga.
A las 8:15 de la mañana, apareció en el BME Growth, índice bursátil en el que cotiza Holaluz, una comunicación de su presidenta y cofundadora, Carlota Pi. En ella, se anuncia que «en el marco del acuerdo de standstill comunicado al mercado el pasado 13 de septiembre, que tenía el 18 de diciembre como fecha de referencia inicial, la compañía informa al mercado que las negociaciones con los bancos están muy avanzadas y que tan pronto como se llegue a un acuerdo sobre la extensión de la financiación se comunicará al mercado».
De este modo, la comercializadora catalana asegura que el acuerdo de financiación llegará a lo largo del presente día, sacando a la firma de energía solar del atolladero en el que lleva inmersa casi un año.
ICOSIUM, EL ‘CABALLERO BLANCO’ DE HOLALUZ
El agujero económico de Holaluz, aquejada de una deuda de casi 60 millones de euros, obligó a Pi y su equipo directivo a un auténtico tour de force financiero, en busca de inversores que salvasen a la compañía del concurso de acreedores. Simultáneamente, se desató una turbia guerra con Axon y Geroa, dos fondos presentes en el accionariado, que pedían la cabeza de la presidenta.
El enfrentamiento se saldó con la victoria de Pi y su guardia de corps, los cofundadores Oriol Vila y Ferran Nogué, que lograron expulsar a los fondos díscolos. Poco después, llegó el esperado ‘caballero blanco’: Icosium Investments se incorporó como socio estratégico, operación que trae bajo el brazo una inversión de 22 millones de euros.
La inversión se realizará en dos fases. En la primera, Icosium obtiene el 14,12% del capital y se incorpora al consejo de administración de la empresa con dos asientos. De este modo, la nueva inversora ocupa el vacío dejado por Axon y Geroa, desalojados tras su sonada guerra interna con los fundadores.
A fin de dar entrada a Icosium, Holaluz acometió 6,48 millones de euros mediante una ampliación de capital y emitió nuevas acciones ordinarias a 1,80 euros por título sin derechos de suscripción preferente.
En la segunda fase, «prevista para los próximos meses», Icosium inyectará 15,52 millones mediante un préstamo convertible a 2,10 euros por acción, tendrá un tercer miembro en el consejo de administración y alcanzará el 33,43% del capital.
MÁS TURBULENCIAS EN LA RECTA FINAL
Cuando parecía que el horizonte de Holaluz volvía a iluminarse, la dirección volvió a sembrar dudas con su decisión de retirar las previsiones de su estrategia 2023-2025 por diversos «factores externos», como los precios de la energía en el mercado spot y el entorno de los tipos de interés.
A finales de octubre, Holaluz declaró que finalizaría el presente ejercicio 2024 con un resultado bruto de explotación (Ebitda) de entre los 19 y los 24 millones de euros, del que preveía que el año próximo aumentaría hasta una horquilla de entre 27 y los 32 ‘kilos’. Por segmentos de negocio, señaló que la comercialización de paneles fotovoltaicos aportaría a los balances entre 42 y 48 millones este año y entre 80 y 85 millones el año que viene; mientras que la actividad de gestión de la energía sumaría entre 224 y 234 millones este año y entre 228 y 238 millones el próximo.
La retirada de las previsiones, que Holaluz comunicó al BME Growth hace un par de semanas, deja todas esas cifras en agua de borrajas. En el mensaje, Pi Pi explicó que la mencionada coyuntura externa afecta a «la capacidad de la sociedad para realizar previsiones precisas y, por tanto, proporcionar previsiones significativas al mercado».
El comunicado concluía con el compromiso de mantener «plenamente informados a los inversores y al mercado sobre su evolución», anunciando que la compañía publicará diversos indicadores clave de desempeño (KPI, por sus siglas en inglés) que permitan medir el progreso en su estrategia y mantener «una total transparencia».