Los roscos de vino son un postre tradicional que no puede faltar en la mesa durante las fiestas navideñas. Su textura suave, su sabor único y su característico toque de vino dulce hacen de ellos una delicia especial para compartir en familia. Este dulce de origen andaluz, concretamente de Málaga, se ha convertido en un clásico en toda España, ocupando un lugar privilegiado junto a los polvorones y otros dulces típicos de la Navidad. ¡Descubre cómo preparar estos deliciosos roscos en casa con esta receta fácil y rápida!
1Origen e historia de los roscos de vino
Los roscos de vino tienen sus raíces en la tradición repostera de Andalucía, una región conocida por su riqueza gastronómica. Estos dulces malagueños se caracterizan por su aspecto nevado, resultado de ser rebozados en azúcar glas, y por incluir vino dulce, ingrediente que les da su distintivo sabor. Tradicionalmente, se utiliza vino Moscatel o Pedro Ximénez, ambos originarios de Málaga, aunque cualquier vino dulce puede servir para su elaboración.
Además de ser un postre navideño, los roscos de vino cuentan con una historia que refleja la influencia cultural árabe en la repostería andaluza. Los ingredientes como el sésamo y el anís, comunes en la gastronomía de Medio Oriente, dan fe de este intercambio cultural que sigue vivo en recetas tradicionales como esta.