La inflación industrial modera su descenso en octubre de 2024, registrando una caída interanual del 3,9%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra supone una mejora respecto al -5,2% de septiembre y marca el vigésimo mes consecutivo de tasas negativas.
La moderación en la caída del Índice de Precios Industriales (IPPI) se debe principalmente a la evolución de los precios de la energía. A pesar de mantenerse en terreno negativo con un -13%, la tasa interanual experimenta una subida de 3,9 puntos porcentuales respecto al mes anterior. Este comportamiento se atribuye al encarecimiento del refino de petróleo, un factor clave que influye en los costes de producción de numerosos sectores.
Por otro lado, los bienes intermedios también contribuyen a la moderación de la caída del IPPI. Su tasa interanual se sitúa en el -1,2%, tres décimas por encima de la registrada en septiembre. El aumento de los precios de la producción de metales preciosos ha jugado un papel fundamental en este ligero repunte.
Sin embargo, no todos los sectores muestran la misma tendencia. Los bienes de equipo, por ejemplo, registran un descenso en su tasa interanual, pasando del 2,3% en septiembre al 1,8% en octubre. Este comportamiento se explica, principalmente, por el abaratamiento de la fabricación de vehículos de motor, un sector de gran peso dentro de la industria española.
El IPPI sin energía y su impacto regional
Excluyendo el componente energético, el IPPI presenta una tasa interanual del 0,4% en octubre, la misma que en septiembre. Esta cifra, 4,3 puntos superior al índice general, refleja la persistente presión inflacionista subyacente en la economía española. Un aspecto que debe ser monitorizado de cerca para anticipar posibles repuntes en la inflación general.
A nivel regional, el comportamiento del IPPI muestra una gran heterogeneidad. Quince comunidades autónomas presentan tasas interanuales negativas en octubre, destacando Andalucía (-7,9%), Murcia (-6,8%) y Canarias (-6,7%). En el extremo opuesto, Cantabria (+0,9%) y La Rioja (+0,5%) son las únicas regiones con tasas positivas. Estas diferencias regionales subrayan la importancia de analizar el IPPI a nivel local para comprender las dinámicas específicas de cada territorio.
El descenso del precio de la energía, aunque positivo a corto plazo, podría ser un arma de doble filo. Si bien alivia la presión sobre los costes de producción, una caída excesiva podría desincentivar la inversión en energías renovables y dificultar la transición hacia un modelo energético más sostenible.