Adaptar tu vivienda a las exigencias de la normativa europea en materia de eficiencia energética requiere una inversión que, según estudios del Observatorio del Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) con datos de Sociedad de Tasación, oscila entre los 10.000 y los 20.000 euros para las viviendas con calificación energética ineficiente.
En España, un alarmante 83,8% de las viviendas alquiladas se encuentran en esta situación, con un 62,3% en la categoría E (susceptible de mejora) y un 21,5% en las categorías F y G, las que requieren una rehabilitación energética más urgente.
La inversión necesaria varía en función del objetivo de ahorro energético:
- Reducción del 35% en la demanda de calefacción y refrigeración: Con una inversión aproximada de 9.900 euros, se puede conseguir una mejora sustancial en la eficiencia energética, reduciendo el consumo de energía primaria entre un 30% y un 45%. Esta opción es ideal para viviendas con etiqueta energética E que buscan una mejora notable sin una inversión excesiva.
- Reducción del consumo de energía primaria entre un 45% y un 60%: Con un presupuesto estimado de 14.000 euros, se puede alcanzar un nivel de eficiencia energética superior. Esta inversión permite implementar mejoras más significativas en el aislamiento térmico y la instalación de sistemas más eficientes.
- Reducción del consumo de energía primaria no renovable superior al 60%: Para alcanzar este ambicioso objetivo, se requiere una inversión de alrededor de 22.000 euros. Esta opción contempla la integración de sistemas de aerotermia, un aislamiento térmico de altas prestaciones y otras mejoras que maximizan la eficiencia energética de la vivienda.
Beneficios de una vivienda eficiente
Mejorar la eficiencia energética de tu vivienda trae consigo ventajas:
- Ahorro en las facturas: Pasar de una etiqueta energética E a una C puede suponer un ahorro de hasta un 35% en las facturas energéticas. Un hogar con etiqueta E gasta de media 1.483 euros al año, mientras que uno con etiqueta C reduce el gasto a 971 euros. La diferencia puede llegar a ser de hasta 1.000 euros al año entre una vivienda con etiqueta G (1.658 euros) y una con etiqueta A (661 euros).
- Revalorización de la propiedad: Una vivienda con una buena calificación energética es más atractiva para compradores o inquilinos, lo que incrementa su valor en el mercado inmobiliario. La eficiencia energética se ha convertido en un factor clave a la hora de valorar un inmueble.
- Confort y bienestar: Un buen aislamiento térmico y unos sistemas eficientes de climatización mejoran el confort en el hogar, creando un ambiente más agradable tanto en invierno como en verano.
- Compromiso con el medio ambiente: Reducir el consumo energético contribuye a la sostenibilidad ambiental, disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto sobre el planeta.
- Cumplimiento de la normativa: Adaptar tu vivienda a la normativa europea te evita posibles sanciones y te permite acceder a ayudas y subvenciones para la rehabilitación energética.
La Unión Europea ha establecido objetivos ambiciosos para la reducción del consumo energético en el parque de viviendas residenciales, con una disminución del 16% para 2030 y entre un 20% y un 22% para 2035. Además, se exige que el 55% de la reducción provenga de la renovación del 43% de los edificios menos eficientes. Invertir en eficiencia energética es, por tanto, una necesidad y una oportunidad para ahorrar, revalorizar tu vivienda y contribuir a un futuro más sostenible.