Los analistas de la firma Lombard Odier instan a los inversores a adaptarse en este nuevo entorno que han generado los resultados de las elecciones estadounidenses.
Los votantes estadounidenses han despejado el camino hacia una política de ‘America First’ sin trabas. Los republicanos controlarán probablemente los cuatro resortes del poder estadounidense, desde la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso hasta el Tribunal Supremo, ya de por sí conservador. La segunda administración Trump ya está reconfigurando las inversiones. Los inversores deben adaptarse.
Donald Trump tiene los medios para alterar la economía y los mercados financieros estadounidenses, y un mensaje claro de los votantes de que buscan un cambio de política. Sea cual sea su opinión política, Trump está a punto de convertirse en uno de los presidentes estadounidenses más influyentes de la historia del país. Las implicaciones son globales.
Días después de la votación y a diez semanas de la toma de posesión de la nueva administración, Europa, Asia y Oriente Próximo ya están notando el impacto. El gobierno alemán se ha hundido justo cuando Europa necesita con tanta urgencia un liderazgo estratégico. En Asia, China debe adaptarse con sus propios estímulos a la perspectiva de aranceles punitivos estadounidenses, con un nuevo paquete para los gobiernos locales ya anunciado el 8 de noviembre. Y en Oriente Próximo, los acontecimientos se desarrollarán con rapidez.
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America First desregulará industrias clave, bajará los impuestos personales y de sociedades e introducirá aranceles. Es probable que la amenaza de aranceles se convierta en una importante herramienta transaccional de la política exterior estadounidense.
En el plano interno, esto conducirá a un mayor crecimiento nominal de Estados Unidos y a un aumento de la inflación y de los tipos de interés. El resto del mundo tendrá que responder con sus propios cambios políticos. Estados Unidos se centrará en medidas económicas internas y reducirá sus intereses y ambiciones exteriores. El paradigma posterior a la Guerra Fría de una red globalizada, mutuamente interconectada, de bloques comerciales, regiones y Estados nación sólo puede fracturarse aún más. Para los inversores, esto cambia los riesgos y el conjunto de oportunidades.
America First: Lo mejor es mantenerse en el lado correcto
Un principio básico de la inversión es que los mercados son muy eficientes, pero también se rigen por tendencias y temas. Los cambios en la política estadounidense están tomando ahora el timón de los mercados financieros. Es vital que los inversores se mantengan en el lado correcto de estas tendencias y eviten los activos geopolíticamente expuestos. Esto significa centrarse en activos líquidos de bajo riesgo en mercados basados en el Estado de Derecho. Concretamente, eso incluye los activos estadounidenses, suizos y europeos. Los mercados emergentes y sus clases de activos asociados son menos atractivos.
Una transición tan profunda exige asumir riesgos con cautela. En el último año hemos aumentado la ponderación estratégica de los activos estadounidenses en las carteras de los clientes y eliminado nuestras asignaciones estratégicas independientes a China. Esto ha impulsado un sólido rendimiento de las carteras.
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Ajuste táctico
El fuerte crecimiento nominal de EE.UU. y la mayor inflación obligarán a la Reserva Federal a recortar los tipos de interés menos de lo que preveían los mercados antes de las elecciones. Incluso tras el reciente repunte, el mayor crecimiento, los recortes fiscales y la desregulación ofrecen a la renta variable estadounidense un potencial alcista adicional. Al mismo tiempo, la deuda pública parece menos atractiva. A corto plazo, el dólar debería seguir estando bien respaldado, dado que los diferenciales de tipos de interés entre EE.UU. y otras regiones deberían seguir siendo mayores de lo previsto. El dólar también debería beneficiarse de las entradas en activos estadounidenses.
Nuestras carteras reflejan estas convicciones tácticas, y hemos aumentado la exposición a la renta variable estadounidense, situando nuestra asignación global a la renta variable por encima de los niveles estratégicos. Paralelamente, hemos reducido nuestra asignación táctica a la deuda pública. Mantenemos nuestra preferencia por el crédito, tanto de grado de inversión como de alto rendimiento. También mantenemos nuestra asignación sobre ponderada al oro, que sigue siendo una cobertura útil de la cartera.
Sin descanso para los ya invertidos
A medida que se forma una segunda administración Trump y se aplican sus políticas, los inversores deben prepararse para cierta agitación inevitable en EE. UU. y en otros lugares. Es probable que Europa tenga su propio punto de inflexión, con sus líderes buscando ya la coordinación y unas elecciones alemanas anticipadas. En China, esperamos que la recapitalización de los bancos y las medidas de estímulo del Gobierno central se anuncien en diciembre, cuando las autoridades hayan calibrado sus respuestas a posibles nuevas sacudidas en 2025. Estas tendencias no deben subestimarse y no hay espacio para la complacencia. Es el momento de vigilar y dirigir proactivamente las carteras para gestionar la volatilidad.