Iberia tiene nuevas rutas a Europa y durante dos años estuvo en el camino europeo de un gran equipo europeo. Fueron dos temporadas de Iberia como patrocinador del Real Madrid de Baloncesto: la 84-85 y la 85-86. Iberia lució en la camiseta del equipo blanco durante dos campañas, pero pero solo en competiciones europeas, en este caso, en la Copa Europa, la máxima competición europea a nivel de clubes de clubes. Ahora se denomina Euroleague.
La operación fue un éxito para Iberia en términos de imagen y presencia, entre otras cosas porque, con permiso de las televisiones de las comunidades, solo había dos canales de televisión a nivel nacional (ambos públicos). Para el Madrid, el patrocinio supuso un dinero estupendo para la época e Iberia sacó mucho partido como compañía área de bandera.
Un acuerdo de este tipo solía incluir el pago de algunos millones (de pesetas, entonces), condiciones especiales en los vuelos y algunos intercambios en pasajes de avión, indicaron fuentes cercanas a la directiva del Real Madrid de esa época. En la primera campaña el presidente era Luis de Carlos, mientras que Ramón Mendoza ocupaba el cargo dl máximo responsable del club en en la 85-86. Lolo Sáinz ocupaba el banquillo y en la pista destacaban Fernando Martín y Juan Antonio Corbalán.
LA CIUDAD DEPORTIVA
Las campañas 1984-85 Y 1985-86 la compañía estuvo presente en partidos inolvidables para los aficionados al baloncesto, sobre todo para los merengues. Fueron partidazos disputados en el vetusto pabellón de la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Ahora, en esa misma zona, lucen espléndidas las Cuatro Torres). En el caso de Iberia, la compañía estuvo presente en los encuentros de la antigua Copa de Europa.
Iberia, la que fue la aerolínea de bandera de España, estuvo durante dos temporadas en las camisetas del equipo merengue que dirigía entonces desde el banquillo el eterno entrenador merengue Lolo Sáinz. Como solía ocurrir en aquella época el baloncesto servía a los equipos grandes para agrandar sus alegrías cuando la sección de fútbol no ganaba títulos y fue el caso del Real Madrid en la primera campaña en la que Iberia apareció en el patrocinio merengue, que en el torneo doméstico tenía otro patrocinador.
Iberia volaba a todos los países en los que jugó el Real Madrid esa campaña en Europa. La aerolínea de bandera acompañó al Real Madrid en sus viajes a Suiza, Austria, la extinta Yugoslavia, Israel, la antigua URSS e Italia. En estos países el equipo merengue se enfrentó al Vevey, Klosterneuburg, CSKA de Moscú, Virtus de Bolonia y Banca di Roma.
PETROVIC Y SABONIS
Era una época de mucho brillo de los equipos españoles de y las líneas aéreas estatales (Alitalia, Air France…). Precisamente, el Madrid se las tuvo que ver con dos equipos italianos antes de que llegase el momento cumbre: la final de la Copa de Europa ante la Cibona de Zagreb, que fue la gran pesadilla merengue durante las temporadas 1984-1985 y 1985-1986.
Los blancos tenían un equipazo: Corbalán, Wayne Robinson, Brian Jackson, Fernando Martín, Romay…. Era un buen equipo, pero se cruzaron con Drazen Petrovic, el mejor jugador europeo de todos los tiempos, con el permiso de Arvydas Sabonis.
los blancos tenían un equipazo: Corbalán, Wayne Robinson, Brian Jackson, Fernando Martín, Romay
En la liga española, los blancos se paseaban, pero en Europa, Drazen Petrovic, ‘el demonio de Sibenik’, volaba siempre más alto. Con un juego eléctrico y una mecánica de lanzamiento tan depurada, como rápida y efectiva, el menor de los Petrovic se convirtió en el adversario más temido y deseado por los aficionados del Madrid.
la cibona
El primer partido de la fase semifinal de la Copa de Europa que disputó el Real fue en Zagreb, el escolta Drazen Petrovic destrozó al Madrid. Hizo 44 puntos y llevó a la victoria a los suyos. Fue lo que Sabina define como “las víspera de después” en la mítica canción «Cerrado por Derribo».
Después del viaje a Zagreb, llegaron otros, siendo los más destacados los realizados por el Real Madrid al campo del Maccabi (Tel Aviv, Israel), donde jugaba el mítico Miki Bercowitz, acompañado por dos americanos de mucha calidad: Lee Johnson y Kevin Magee.
Después del viaje a Zagreb, llegaron otros, siendo los más destacados los realizados por el Real Madrid al campo del Maccabi
El Madrid perdió en Israel y venció en España, mientras que se impuso al CSKA ruso en los dos encuentros. Para la historia queda la imagen de Tkachenko, el gigante ruso de bigote imponente.
FIN DE VIAJE EN ATENAS
Los merengues volaron después a Bolonia y Roma, imponiéndose en ambos casos, y terminaron esta ronda en Madrid, donde también vencieron a los transalpinos de Banco di Roma. Los blancos se plantaron en la final. Era el momento del vuelo decisivo. El Madrid voló a Atenas (Grecia) para medirse en la final de la Copa Europa a la Cibona de Zagreb. El club blanco buscaba su octava copa de Europa, pero Drazen Petrovic le frenó en seco. El escolta de la Cibona Zagreb se mostró descomunal. Anotó 36 puntos y llevó a la victoria a su equipo. El Madrid perdió 87-78. Los blancos vivieron el amargo sabor de la derrota y un vuelo de vuelta muy triste.
El escolta de la Cibona Zagreb se mostró descomunal. Anotó 36 puntos y llevó a la victoria a su equipo
Con el jugador europeo más grande de todos los tiempos: Drazen Petrovic. La temporada siguiente, la campaña 85-86, Iberia patrocinó de nuevo al Madrid en la competición europea de Baloncesto. El demonio de Sibenik volvió a dejar fuera al Real, pero en este caso fue en semifinales de la Copa de Europa.
Petrovic acabó volando a Madrid para jugar con el Real Madrid. Lo hizo dos años más tarde: en 1988. Entonces lideró un equipo que ya presidía Ramón Mendoza, un empresario que vivió muy buenos momentos deportivos con el Madrid a bordo de vuelos de Iberia.
los resultados
Según contó el diario «El País», en 1985 Iberia tuvo un resultado negativo de 10.000 millones de pesetas (60 millones de euros). Mientras, en abril de 1986, Iberia presentó en su junta de accionistas unas pérdidas de 9.134 millones de pesetas (54 millones de euros), lo que representó una reducción porcentual del 46,7%, que en valores absolutos supuso 7.991 millones de pesetas menos que en 1984 (46,8 millones de euros), indica este diario.
Nada hacía sospechar en 1984 que Iberia acabaría siendo privatizada. Nadie pensó entonces, siquiera por un minuto, que la compañía aérea de bandera terminaría en manos privadas. Ahora es parte del holding anglo-español IAG.