La relación entre Isabel Pantoja y su hija Isa Pantoja se encuentra rota desde hace tiempo, una distancia que ha venido acompañada de dolorosas humillaciones para la joven. A diferencia de los conflictos públicos con su hijo mayor, Kiko Rivera, los motivos de la ruptura entre Isabel y su hija pequeña han sido hasta ahora un misterio. Sin embargo, los desplantes y la falta de apoyo de la tonadillera en momentos cruciales de la vida de Isa han dejado profundas huellas en su relación y, finalmente, han llevado a la joven a tomar la firme decisión de distanciarse de su madre.
1Las primeras señales de ruptura: el bautizo de Albertito
El primer gran episodio de humillación ocurrió en 2018, cuando Isa Pantoja celebraba el bautizo de su hijo Albertito en la iglesia de San Nicolás, en Sanlúcar de Barrameda. A pesar de ser un día muy especial, Isabel Pantoja optó por no asistir a la ceremonia ni al posterior convite. La decisión de la tonadillera fue un duro golpe para Isa, quien, ilusionada, había organizado el evento con la presencia de personas cercanas, como Alberto Isla, padre de Albertito; Dulce, quien actuó como madrina; su prima Anabel Pantoja; Irene Rosales; y otros familiares.
Según varias fuentes, la negativa de Isabel Pantoja a asistir estuvo motivada por la elección de Dulce como madrina de su nieto, un hecho que la cantante no estuvo dispuesta a tolerar. Isa, en un intento por suavizar la situación, le ofreció a su madre el rol de madrina, pero Isabel rechazó la invitación y se mantuvo firme en su decisión de no formar parte de este momento familiar. Esta negativa de Isabel dejó una profunda huella en Isa, quien, a pesar de la decepción, decidió seguir adelante y disfrutar del bautizo junto a sus seres queridos.
Otro de los episodios que marcaron el deterioro de la relación entre madre e hija tuvo lugar en 2023, durante la boda de Isa con Asraf Beno. La pareja celebró su unión en la Hacienda de Al-Baraka, un hermoso palacete con arquitectura árabe en Alcalá de Guadaíra, Sevilla. Isa había preparado el evento con gran ilusión y detalles especiales, como dos vestidos de novia diseñados por Haníbal Laguna y la elección de la canción «Si nos dejan» para su primer baile. Sin embargo, el evento se vio empañado por la ausencia de Isabel Pantoja, quien nuevamente optó por no acompañar a su hija en uno de los días más importantes de su vida.
Durante las semanas previas a la boda, las preguntas sobre la posible asistencia de Isabel Pantoja fueron constantes, pero Isa siempre respondía que su madre estaba invitada y que, en última instancia, sería decisión de ella asistir o no. Finalmente, Isabel no acudió, y la ausencia fue comentada en la prensa y redes sociales. En su lugar, Isa estuvo acompañada por su prima Anabel Pantoja, Jorge Javier Vázquez y sus amigos más cercanos. A pesar del vacío dejado por la ausencia de su madre, Isa se mostró positiva, asegurando en una entrevista que había decidido centrarse en quienes sí estuvieron presentes: «Me siento muy querida, muy arropada por todas las personas que vienen», declaró.
El episodio más reciente y doloroso tuvo lugar en septiembre de 2024, cuando Isa fue ingresada de urgencia en el hospital debido a fuertes dolores estomacales. La situación alarmó a sus familiares y amigos más cercanos, quienes no dudaron en acompañarla en esos momentos difíciles. Su pareja, Asraf Beno; su hijo, Albertito; su niñera de toda la vida, Dulce; y su prima Anabel Pantoja estuvieron a su lado en todo momento. Sin embargo, Isabel Pantoja no se desplazó al hospital ni se comunicó con su hija, a pesar de la delicada situación de salud que estaba atravesando.
Durante esos días, circularon rumores de que Isabel habría llamado a Isa, pero estos no se confirmaron, y la cantante no se presentó en el hospital. Para Isa, esta ausencia fue una señal definitiva de la actitud de su madre hacia ella. En una entrevista posterior, Isa expresó su dolor y decepción, explicando que esperaba, al menos, una llamada de su madre o que acudiera a verla, pero finalmente, ninguna de estas muestras de apoyo se produjeron. «Sí pensaba que la llamada se iba a producir… En este caso no tenía ninguna duda de que me iba a llamar o venir. Apostaba más por que viniera que por que me llamase», confesó.