jueves, 14 noviembre 2024

Fedea destaca la importancia de la nuclear y pide que su cierre se evalúe de forma independiente

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) señala que antes de cerrar el parque nuclear en España deberían valorarse cuestiones como la perspectiva de consumo eléctrico, los impactos en los precios, las emisiones, las necesidades de materiales críticos para el desarrollo de alternativas, los costes de almacenamiento o la gestión de las redes, entre otros. Por tanto, cualquier decisión sobre su continuidad tendría que pasar por el filtro consultivo de una institución independiente del Gobierno.

Esta reivindicación está contenida en un estudio presentado este martes 12 por Fedea, con el título ‘Pasado, presente y posibles futuros de la energía nuclear en España’. El documento, firmado por Javier Revuelta, enfatiza además indica la necesidad de encauzar un diálogo transparente con las distintas partes involucradas y la posibilidad de explorar alternativas regulatorias ya utilizadas en otros países, como el establecimiento de contratos por diferencias.

EL PESO DE LA NUCLEAR

Una de las promesas estrella de Pedro Sánchez a los socios que le auparon a La Moncloa fue el cierre a cal y canto de los siete reactores nucleares que -todavía y por poco tiempo- operan en nuestro país. Una medida respecto a la que el Ejecutivo ha mostrado una férrea intransigencia y que, con los datos en la mano, supone renunciar a una fuente de energía abundante y libre de emisiones de gases de efecto invernadero.

La producción de los siete reactores españoles habla por sí sola: en 2023, Almaraz I y Almaraz II, Ascó I y Ascó II, Cofrentes, Trillo y Vandellós II aportaron al sistema 54.275,01 gigavatios hora (GW/h). Esta cifra representa el 20,34% del total de la producción eléctrica neta. 

En este contexto, el autor indica que el escenario recogido en el plan de cierre, frente a un escenario de extensión de la operación hasta 60 años, conlleva aumentos del precio de mercado, de la generación por parte de los ciclos combinados y de las emisiones de gases de efecto invernadero. Todo ello a pesar de compensar los cierres nucleares con un sustancial aumento de la potencia renovable que, sin embargo, no aporta recurso en las noches con escaso viento, pero precisa verter mucho recurso en las horas solares ya sobreabastecidas.

EL AUGE DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL, DESTACA EL INFORME, HA PROPICIADO UN GRAN CRECIMIENTO DE LA DEMANDA NUCLEAR EN EEUU

Asimismo, señala que, además de los argumentos basados en los menores precios y costes del sistema, así como de las emisiones, existen argumentos adicionales que aconsejan extender la operativa de las centrales más allá de lo contemplado en el actual plan de cierre. Entre ellos señala la seguridad de suministro y la pérdida de capacidad humana y experiencia en un sector que puede ser un aliado de la transición energética durante muchas décadas más.

Revuelta enfatiza también la necesidad de duplicar la capacidad de generación del sistema eléctrico en el contexto de los objetivos de emisiones netas nulas para 2050. La expectativa de un relevante crecimiento del consumo eléctrico podría ser aún mayor si se sustancia la ‘explosión’ de las necesidades de electricidad asociadas a la Inteligencia Artificial que, además, tienen un perfil horario de consumo plano. A ese respecto, señala la creciente demanda de capacidad nuclear en Estados Unidos por parte de algunas grandes compañías tecnológicas.

EL CEPO FISCAL

Por otra parte, se aborda el estricto régimen fiscal al que está sometida la energía nuclear en nuestro país. A ese respecto, señala que la generación nuclear soporta actualmente elevadas tasas e impuestos variables de más de 20 euros por megavatio hora (€ MW/h). El hecho de que esas tasas estén diseñadas en términos de generación horaria implica que periodos de tiempo prolongados con precios inferiores a esos niveles conllevan frecuentemente reducciones de la producción nuclear, con varias consecuencias negativas.

El mal diseño de los gravámenes, explica el informe, repercute en un mayor coste de generación para el conjunto del sistema eléctrico, pues no hay ahorro de costes en la generación nuclear mientras que la generación renovable que la sustituye (sobre todo la eólica) sí incorpora costes de operación y mantenimiento. El autor señala que la distorsión causada por este incorrecto diseño de las tasas será más intensa en el futuro, en un contexto con mayor presencia de periodos con precios cero o negativos.

EL FUTURO DE LA ENERGÍA ATÓMICA

El trabajo concluye con un análisis de las prospectivas tecnológicas en el ámbito de la energía nuclear, como la cuarta generación de reactores nucleares o los pequeños reactores modulares (SMR, por sus siglas en inglés).

A ese respecto, señala el intenso proceso de innovación tecnológica dirigido, entre otros aspectos, a la mejora de la seguridad, al mejor aprovechamiento o el uso de nuevos combustibles, que pueden disminuir radicalmente los problemas de dependencia, a la reducción drástica de la presencia de residuos de alta actividad o a las reducciones de los costes de construcción a través de la estandarización y modularidad.

Estos avances se están produciendo con el apoyo de distintas iniciativas e instituciones internacionales. En ese sentido, el autor recuerda el apoyo recibido en muchos países y por parte de analistas e informes, incluyendo el reciente Informe Draghi, a la extensión de la operación y de los reactores existentes e incluso a la construcción de otros nuevos, especialmente ante las necesidades de descarbonizar y de electrificar el consumo de energía mundial que hoy no es electricidad.


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