Llegar al aeropuerto de Barajas puede ser todo un calvario. Aunque el edificio del aeropuerto ha recibido varios premios, los servicios que reciben los viajeros que aterrizan no son los correctos, y para el comité de empresa de AENA, que hoy protesta frente a la sede de la asociación: Parte del problema es que el preacuerdo de convenio firmado por la empresa y por parte de los sindicatos no cumple con todas las exigencias que pide la CGT, lo que termina afectando a los viajeros, tanto a los que viven en España como a los que vienen de fuera y llegan a la capital.
«La plantilla está bajo mínimos y no podemos cubrir todas las incidencias», explican desde el comité de empresa. Si bien los efectos de este acuerdo son sobre todo sobre los trabajadores, éstos también llegan a los usuarios, no solo por qué es típico que empeore la atención cuando los trabajadores están más cansados de lo necesario.
Además, estos trabajadores aseguran que no se dan abasto con el aumento de viajeros de los últimos años. Para ellos, con este acuerdo estos problemas no harán más que empeorar en el corto plazo y terminarán afectando la experiencia de quienes usan el aeropuerto. De momento, se encuentran en la situación complicada de qué dos de los sindicatos, y los mayoritarios, han firmado el preacuerdo de convenio, y, por tanto, presionar para que cambie puede ser complicado.
«Bueno, por el momento no, pero está claro que cada vez hay más pasajeros, cada vez hay más operaciones, más vuelos, y esto se traduce también en nuestros tiempos de descanso. Entonces, es cierto que al final el trabajador que tendría que tener más horas a su disposición las está prestando», comentan a este medio desde los sindicatos.
Es que desde el sindicato recuerdan que el caos en Barajas ocurre a la par de cifras récord para los aeropuertos españoles. «En estos nueve meses la cifra de negocio alcanzó los 4.396,7 millones, el 16,3% más que un año antes y un beneficio neto de 1.449,8 millones de euros, un 27,3% más que en el mismo periodo», recoge el comunicado firmado desde el comité de empresa de AENA en el aeropuerto capitalino.
«Cuando una empresa bate récords de beneficios y tiene las mejores previsiones, un nuevo convenio tiene que ser ambicioso y tiene que corregir los aspectos más lesivos que sufren los trabajadores», sentencian desde la CGT. En cualquier caso, de momento la situación no tiene espacio para cambiar de forma rápida.
LOS TRABAJADORES DE BARAJAS ASEGURAN QUE COBRARÁN LO MISMO EN FESTIVOS
Parte de la molestia es que el nuevo convenio tampoco prevé mejorar las condiciones para el trabajo en días festivos, lo que además hace más complicado reforzar estos días con voluntarios. Esto se traduce en una pérdida de tiempo libre y en complejidad, a la hora de intentar la conciliación entre el puesto de trabajo y la vida personal, pues a los trabajadores se les pide libre disposición.
«Con el nuevo convenio va a ser lo mismo trabajar el 25 de diciembre o el 1 de enero que el 1 de febrero. Entonces, claro, ellos aplican, o sea, se pasa a aplicar las 35 horas semanales, pero si se pierde esa compensación de la que le hablo, pues al final resulta que se pierde un número de horas tal que prácticamente el trabajador se queda igual. Es decir, un trabajador que hace un servicio de doce horas al día y al día siguiente doce horas de noche, que lo llaman el H24-2, pues resulta que debe a la empresa un número de horas X al 1 de enero», explican sobre el texto.
Estas fechas son además, junto al verano, la que más tráfico de viajeros locales e internacionales generan en Barajas, y en cualquier aeropuerto español. Por tanto, la situación actual se hace especialmente complicada de manejar en estos momentos y con la Navidad en puerta, la situación se notará en las terminales de todo el aeropuerto, tanto nacionales como internacionales.
«ESTÁ CLARO QUE HAY UN DÉFICIT DE PERSONAL»
Si para los trabajadores esto se traduce en malas condiciones de trabajo, para los viajeros se traduce en incomodidad y lentitud. Es que a medida que han ido aumentando los viajeros que entran a España, los aeropuertos se han visto obligados a estirar los turnos de los trabajadores para cubrir las necesidades de los aeropuertos debido al aumento de viajeros de los últimos años, empujados por el rebote post pandémico.
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