Auténtico varapalo. Así se puede definir la no consecución por parte de FCC de las obras del metro de Bogotá. Finalmente, el consorcio chino Apca Transmimetro compuesto por China Harbour Engineering Company Limited (CHEC) y Xi’an Metro Company Limited se llevó los laureles del triunfo. La empresa de la que es máximo accionista Carlos Slim se quedaba con la miel en los labios.
No es la única decepción que FCC ha tenido en tierras Latinoamericanas durante el último lustro. Por ejemplo, y este mismo año, el gobierno mexicano liquidó el contrato para construir la terminal del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Cuando Carlos Slim aterrizó en la compañía hubo quien se frotó las manos. Su experiencia, y su conocimiento en los mercados situados al otro lado del Atlántico, serían una auténtica catapulta para impulsar allá el negocio. Carso, el grupo del que es propietario en México, tiene una amplia presencia en el continente. Pero el salto no ha sido tal.
Si en 2014 Iberoamérica representaba el 10,6% del total de los ingresos de FCC, en 2018 ese porcentaje ha bajado al 7,1%
Si echamos la vista atrás, al año 2014, y nos centramos en el área de Construcción, los ingresos del área fueron de 2.076,1 millones de euros. De esa cantidad, 640,4 millones procedieron de Iberoamérica. Se trataba de un 27,2% inferior a la cosechada un año antes. ¿Motivos? La finalización de grandes obras por parte de FCC como las del metro y el reordenamiento vial de la ciudad de Panamá. Iberoamérica representa por aquel entonces, en el área de Construcción, el 30,8% del total de los ingresos. Construcción aportó un 12,2% al Ebitda.
Son datos de la memoria del año 2014. En la de 2018, el área de Construcción tuvo unos ingresos de 1.655,1 millones de euros. De dicha cantidad, 372,9 millones de euros tuvieron como origen Iberoamérica. Un 3,1% inferior a los datos de 2017. El cierre y el avance de ciertas obras no fue compensado por otras como la Línea 2 del metro de Panamá. ¿Qué porcentaje representaba Latinoamérica? El 22,5% del total. El área de Construcción aportó un 7,5% al Ebitda.
Por tanto, desde que Carlos Slim puso los pies en FCC, los ingresos en el área de Construcción en Latinoamérica se han desinflado 267,5 millones. Y el porcentaje que representaba la región ha menguado un 8,3%.
FCC SE ‘CONSTIPA’ EN LATINOAMÉRICA
No es sólo el área de Construcción la que ha mostrado una especie de ‘desencanto’ tras la llegada de Carlos Slim a FCC. A nivel grupo, la ‘salud’ en Latinoamérica tampoco ha mostrado una mejoría durante los últimos años.
En 2014, Iberoamérica representaba el 10,6% del total de los ingresos. Se situaba por detrás de España (55,9%) y Reino Unido (14,7%). Cuatro años después, ese porcentaje ha disminuido hasta el 7,1%. Por delante siguen España (54,4%) y Reino Unido (12,6%). Pero también Oriente Medio y África (10,6%) y el resto de Europa y otros (9,3%). El dato positivo es que los ingresos en Latinoamérica aumentaron en 2018 un 2,7% respecto a 2017, pasando de 414,5 millones de euros, a 425,5 millones.
Cierto que la mitad de la cartera de FCC procede en la actualidad el exterior. Pero son Estados Unidos, Europa y Oriente Medio quienes están ‘salvando los muebles’ para la constructora de Carlos Slim. Latinoamérica aparece en un segundo plano. Y eso acaba ‘pasándole factura’ respecto a sus mayores competidores.
Así, el porcentaje de la cartera de pedidos de las constructoras cotizadas procedente del exterior lo encabeza ACS, con el 90,3%. Le siguen Ferrovial (88%), Sacyr (73%), Acciona (67,3%) y OHL (64%). El ‘farolillo rojo’ es para FCC: 49,6%.
Fue en diciembre de 2015 cuando se puede decir que Carlos Slim puso una pica definitiva en FCC, empresa a la que llegó un año antes. Entonces pagó la acción a 9,75 euros. Es decir, con un descuento del 39%. O, lo que es lo mismo, a precio de saldo. De esta manera se hacía con el 25,6% de la compañía por 650 millones de euros, por delante del 22,3% de Esther Koplowitz.
Desde entonces, el magnate mexicano no ha dejado de invertir. ¿Total? 2.300 millones de euros desde su desembarco. El número de acciones en su poder se sitúa en el 81%. Aquí se incluye el 20% de Esther Koplowitz que, definitivamente, Carlos Slim se quedará si Esther Koplowitz no devuelve los 700 millones de deuda contraída. Y también ha sacado pingues beneficios. Ha conseguido unos 1.500 millones de euros en plusvalías latentes.