El ladrillo y el fútbol están íntimamente ligados desde que los grandes constructores se dieron cuenta que el balón les podría proporcionar poder, fama y dinero. Constructores como Josep Lluís Núñez, Jesús Gil o Florentino Pérez son algunos de los nombres que conectan a ambos mundos.
El hijo de Gil, Miguel Ángel Gil Marín, parece haber heredado el olfato de su padre con la Ciudad del Deporte, que erigirá después de que el Ayuntamiento de Madrid haya cedido al Atlético de Marid 205.000 metros cuadrados públicos a explotar por 75 años a cambio de apenas 53 millones de euros.
El cuadro colchonero contará con un centro de alto rendimiento, un miniestadio de 6.000 plazas, una playa con olas artificiales, un campo de golf y diversas áreas de ocio que también nutrirán la polémica parcela de más de 67.000 metros cuadrados que les acaba de ‘desatascar’ el consistorio madrileño.
Gil Marín detalló el pasado año los puntos más interesantes de la Ciudad del Deporte. «Al estar nuestro estadio ubicado en medio de una parcela muy grande de 115 hectáreas, nos dio la oportunidad de poder plantear al Ayuntamiento de Madrid desarrollar un complejo. Una ciudad entera, tanto a nivel de deportes alternativos como de ocio. Hemos cerrado el acuerdo con el Ayuntamiento hace ya tiempo y ahora estamos ejecutando las obras».
«Creo que vamos a ser el primer club en el mundo que pueda disponer en la misma parcela de una serie de infraestructuras que, a día de hoy, no tiene nadie. Porque no es solamente un estadio, restaurantes, actividades musicales, ni siquiera solamente un centro de alto rendimiento. Sino que es mucho más. Vamos a crear una ciudad de ocio y deporte alrededor de un club de fútbol para mostrar al mundo que un club de fútbol puede dar más a la gente que 90 minutos de fútbol. ¿Quién puede venir? Todos. No está hecho en exclusiva para los atléticos ni para los vecinos del distrito. Está hecho para todo aquel que quiera disfrutar del ocio y del deporte», añadió.
LA PASIÓN TURCA DE LAPORTA
Joan Laporta no tenía demasiado con los rumores que ensombrecen algunos de sus fichajes y su apuesta más polémica ha sido encargarle la reforma del Camp Nou a una polémica empresa turca, Limak Holding, que pertenece a ‘la banca de los cinco’ a la que adjudican las grandes obras de su país (el resto son Cengiz Holding, Kalyon Grup, Makyol Grup, Kolin Holding). La constructora Limak Holding está presidida por Nihat Özdemir, íntimo del presidente Recep Tayyip Erdogan.
El Fútbol Club Barcelona lanzó bonos con los que sufragará los 1.500 millones de euros que han comprometido en obras: 900 para remodelar el Camp Nou, 450 para construir el nuevo Palau Blaugrana y el resto para resto para proyectos.
PROBLEMAS EN EL BERNABÉU
La intentona de convertir al Santiago Bernabéu en el ‘Bernabéu Fest’ se ha topado con los veciinos del estadio. A cuenta de esta paralización, el periodista Alfredo Relaño dice que «el Madrid tendrá que revisar sus números. Los 120 millones por año están en globo, pero los 60 de amortización de la obra son fijos. Más los nuevos costes del intento de insonorización. Por otra parte, Florentino tendrá que explicarse con Legends y Sixth Street, que le adelantaron (no sólo el Barça tiene palancas) 360 millones por el 30% de la nueva explotación del recinto, hoy en globo. Mientras, habrá que hacer frente a las multas por incumplimiento de los límites en los conciertos ya celebrados».
«Salvo el milagro de que se consiga insonorizar el estadio, no se ve salida a esto. Y el Ayuntamiento se va a ver en problemas para explicar por qué autorizó esos conciertos con tanta ligereza. Al fin y al cabo, el interés del Madrid es el de sus socios, y sólo unos pocos vivirán en los alrededores; pero es obligación del Ayuntamiento proteger a toda la ciudadanía de los abusos de un vecino poderoso y molesto», añade.
Relaño dice temer «que Florentino, tan sobrado de adulación como falto de crítica, ha forzado las cosas hasta un límite imposible en una zona habitada por gente de franja alta, con medios y conocimiento para organizarse».