Ni los bombazos sobre el Líbano, ni la intransigencia de Netanyahu, ni los huracanes arrasando EEUU, ni tan siquiera las maniobras desesperadas de los exportadores, han sido suficiente para catapultar al petróleo. El precio del crudo está perdiendo incluso la escasa subida que había experimentado con la expansión del conflicto en Oriente Medio, debido a la contención de China en el consumo, aunque persiste el miedo a que el enfrentamiento entre Israel e Irán suba de tono.
El ‘oro negro’ cayó por enésima vez después de que la esperada conferencia del Ministerio de Finanzas de China del sábado no incluyera una cifra concreta de incentivos para impulsar el consumo. A pesar de las promesas de Pekín de brindar más apoyo a su doliente sector inmobiliario y de insinuar un mayor endeudamiento público, la conferencia no anunció ningún estímulo fiscal en cifras contantes y sonantes.
CHINA MARCA EL PASO DEL PETRÓLEO
Los efectos no se han hecho esperar. El petróleo Brent, de referencia en Europa, cayó casi un 2% temprano el lunes antes de recuperarse para cotizar cerca de los 78 dólares por barril, y a media mañana estaba a punto de perder los 77. Entretanto, el West Texas Intermediate (WTI) cayó por debajo de los 75 dólares.
Mientras tanto, los comerciantes de petróleo -y el mundo entero- aguardan expectantes la respuesta de Israel a la andanada de misiles balísticos lanzada por Irán el 1 de octubre. Según las últimas informaciones, el Estado hebreo habría reducido los posibles objetivos a infraestructuras militares y energéticas, lo que añadiría otra embestida a los pilares del abastecimiento mundial de crudo.
Por otra parte, después de que este fin de semana un ataque con drones de Hezbolá matara a cuatro soldados israelíes, el Pentágono ha anunciado que enviará un sistema avanzado de defensa antimisiles y tropas asociadas para ayudar a proteger a su aliado.
«Todo el mundo está esperando las represalias de Israel» -dijo Bjarne Schieldrop, analista jefe de materias primas en SEB AB, en declaraciones a Bloomberg– «El mercado del petróleo sigue en alerta máxima».
El Brent había subido alrededor de un 9% este mes, ya que la perspectiva de una escalada en el conflicto de Medio Oriente amenaza la producción en una región que suministra alrededor de un tercio del petróleo mundial.
Las tensiones han hecho que los fondos de cobertura huyan de las apuestas bajistas contra el crudo de referencia al ritmo más rápido en casi ocho años, mientras que las posiciones bajas en futuros de diésel sufrieron la mayor caída registrada.
Mientras los comerciantes esperan la represalia de Israel contra Irán, los mercados de opciones continúan fijando primas significativas para contratos alcistas. Para el WTI, las opciones de compra (calls) tienen la mayor prima frente a las opciones de venta (puts) desde 2022, cuando Rusia invadió Ucrania. Los volúmenes semanales de opciones sobre el Brent fueron los segundos más altos registrados la semana pasada, después de haber alcanzado un récord semanal la semana anterior.
KHARG, EN EL CENTRO DE TODAS LAS MIRADAS
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) lo ha intentado todo para estimular el valor del crudo: restricciones a la producción, bofetadas a los miembros díscolos con las cuotas, informes que exacerban el consumo mundial en los próximos años… nada ha servido. La demanda es frágil y, mientras Estados Unidos y China no apuesten decididamente por estimular sus economías, el cártel petrolero tendrá que conformarse con un mercado más pequeño.
Existe, sin embargo, un factor que podría darle la vuelta a la tortilla: que Israel desencadene su cólera sin restricciones y dirija sus armas contra las instalaciones petrolíferas iraníes de Kharg, en el Golfo Pérsico. Se trata de una de las mayores instalaciones petrolíferas del mundo, que ya fue atacada y dañada por Irak en la guerra de los 80, con devastadores resultados para la economía mundial.
«Aunque hasta ahora la respuesta del mercado ha sido relativamente moderada, una subida del precio del petróleo podría repercutir en la inflación y provocar una subida de los tipos de interés»
David Rees, economista senior de mercados emergentes en Schroders
Malcolm Melville y gestor de fondos y energía en Schroders
David Rees, economista senior de mercados emergentes en Schroders, destaca esta posibilidad como «una de las mayores preocupaciones de los inversores», pero no la única. «En cuanto Irán insinúe que va a hacer algo en el Estrecho de Ormuz, los precios del petróleo podrían subir bruscamente» -vaticina- «No es descabellado sugerir que el precio del petróleo podría volver a su máximo histórico de 147 dólares por barril, ya que el mercado perdería potencialmente el 20% de su suministro».
«Aunque hasta ahora la respuesta del mercado ha sido relativamente moderada, una subida del precio del petróleo podría repercutir en la inflación y provocar una subida de los tipos de interés», desliza el experto, que apunta a la responsabilidad de los productores en la regulación del sector: «La capacidad de generar excedente de la OPEP es actualmente muy elevado, en torno a cinco o seis millones de barriles de petróleo al día, y ello en un contexto de demanda mundial de petróleo de 102 millones de barriles diarios» -señala- «Eso podría implicar que empieza a surgir un importante excedente de petróleo».
«Tendríamos que ver que los precios del petróleo suben por encima de los 100 dólares el barril y se mantienen ahí durante un periodo prolongado de tiempo para que se produjera un cambio significativo en las perspectivas de inflación, o para presionar a los bancos centrales a cambiar su actual política de tipos de interés», matiza Rees.
LA OPEP SE ALLANA… OTRA VEZ
La decisión de China de no estimular el consumo también ha empujado a la OPEP a ‘bajarse los pantalones’ una vez más. Este lunes, el cártel recortó sus previsiones de crecimiento de la demanda de petróleo para este año y el próximo por tercer mes consecutivo, al reconocer tardíamente una desaceleración en el uso global de combustible.
El consumo mundial de petróleo aumentará en 1,9 millones de barriles por día -aproximadamente un 2%- en 2024, lo que representa 106.000 barriles por día menos de lo que se había pronosticado anteriormente. La revisión se debió «en gran medida a los datos reales recibidos combinados con expectativas ligeramente menores» para algunas regiones, indicó la organización.