Tras varios cambios de fecha, finalmente el dueño de DIA, Mikhail Fridman, ya no podrá evitar declarar en España el próximo lunes 21 de octubre como investigado por presuntos delitos de insolvencia punible, corrupción privada entre personas jurídicas, maquinación para alterar el precio de las cosas y administración desleal en el marco de la quiebra de Zed.
Fridman deberá explicar si, como sostiene Fiscalía Anticorrupción, lideró un asalto a la mercantil española para poder comprarla a un precio irrisorio camuflando su influencia real en las decisiones adoptadas detrás de sus subordinados. La defensa del magnate se basa en la falta de pruebas en las acusaciones para defender su inocencia.
La Fiscalía Anicorrupción barajó la posibilidad de solicitar prisión provisional para el magnate ruso por el caso Zed. Su defensa en el recurso contra la imputación sostenía que al no haber ocupado puestos de toma de decisiones en las mercantiles involucradas no podía haber incurrido en los delitos que se le imputan a la luz de la tipificación de los mismos que recoge el Código Penal.
Pero la respuesta del fiscal, José Grinda, fue contundente. Considera que Fridman tuvo un “papel fundamental” en la quiebra de ZED al tener “el control de los acontecimientos que derivaron en la insolvencia”. La defensa del empresario ruso asegura que «las alegaciones formuladas contra Fridman se basan en las denuncias del Pérez Dolset, las cuales no están corroboradas por ninguna prueba tangible ni contrastada», según defiende Letterone (el vehículo inversor del magnate) a MERCA2.
Asimismo, presentan a Fridman como un importante inversor extranjero en España que se ha comprometido a invertir 1.600 millones de euros en el sector del comercio minorista en España para rescatar a la cadena española de supermercados DIA, «lo cual será muy beneficioso tanto para la economía española como para miles de trabajadores españoles.
Cabe recordar que el dueño de DIA recurrió al juzgado el auto del pasado 6 de agosto, pero fue rechazado. Si consiguió cambiar hasta en dos ocasiones la fecha de su declaración. El titular del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, fijó como primera fecha para declarar el 12 de septiembre. De ahí se traspasó al 7 de octubre debido a un cambio de abogado y a la necesidad de que la nueva defensa pudiese estudiar la causa con tiempo.
Pero se volvió a cambiar al 21 de otubre atendiendo a que, por razones de salud, Fridman no podía desplazarse a Madrid en esas fechas. MERCA2 ya avanzó el pasado 6 de septiembre la intención de Fridman de solicitar declarar por videoconferencia para evitar venir a España. Petición denegada. Algo que la defensa (el bufete Baker McKenzie) defendió alegando, por un lado, su arraigo en Reino Unido y, por otro, que en esas fechas tenía programadas dos intervenciones oftalmológicas y los médicos le habían indicado que no podría volar en un “tiempo prudencial”.
INVESTIGACIÓN POLICIAL DEL CASO ZED
La imputación de Fridman tiene su origen en un informe policial (fechado en julio de 2019) que concluye que “a raíz del análisis de los documentos obtenidos fruto de la explotación operativa de la presente investigación en curso se han podido acreditar que la mercantil española conocida como Grupo ZED y en último término sus accionistas, han sido víctimas de una serie de acciones concatenadas que han producido un perjuicio patrimonial”. Y señala el uso de “prácticas delictivas” que incluyen “coacciones” y “amenazas” que llevaron a la quiebra de la empresa española ZED. Las mismas que se constataron en un informe anterior realizado por la UCDEV.
El dueño de DIA, Mikhail Fridman, ya no podrá evitar declarar en España el próximo lunes 21 de octubre por la quiebra de Zed
Este análisis e investigación de la Policía –fechada el 10 de mayo de 2017– relata cómo Fridman montó toda una red criminal conocida como “reiderstvo”, es decir, asalto o absorción ilegal de una empresa, que, además, diseñó para dar apariencia legítima a la ilegalidad. De hecho, la Policía no duda en afirmar que Fridman “es la cabeza que lidera el entramado”, ya que “sus órdenes son ejecutadas sin dilación” y algunos testigos de la causa le califican como “el gran jefe”.
A raíz de este informe, Fridman tuvo conocimiento por primera vez de las alegaciones expuestas en el caso Zed cuando aparecieron en los medios de comunicación españoles en el año 2017, tras las cuales este se dirigió a las autoridades españolas y les presentó voluntariamente un escrito de alegaciones en noviembre de 2017, según Letterone.
UNA DÉCADA DESPUÉS DE SU LLEGADA A ZED
Pero para llegar a estas conclusiones, es preciso remontarse una década atrás. El dueño de DIA entra en contacto con ZED en 2008, año en el que Grupo Tema (del grupo Temafon) propone una joint venture a ZED (de los hermanos Pérez Dolset) para poder llevar a cabo un contrato firmado con Vimpelcom (empresa propietaria de Fridman que actualmente opera bajo el nombre de Veon).
Tras unos años de gran crecimiento de la compañía, se creó una estructura accionarial para preparar la salida a Bolsa en EEUU de la empresa, en una operación conocida como “Proyecto Zeus”. Para financiar este proyecto, el grupo ZED se endeudó al pedir un crédito bancario a ING por valor de 140 millones de euros. No fue la única que prestó dinero a la empresa. La investigación determinó que Amsterdam Trade Bank también lo hizo –grupo adquirido en 2001 por Fridman–. Movimiento que, según la documentación a la que ha tenido acceso este medio, coloca al magnate en una “posición dominante” y “establece una obligación crediticia” que “le facilita cualquier decisión de superioridad”.
Durante estos años, la sombra de la corrupción persigue a la compañía. Un primer informe forense –más adelante se encargarían hasta cinco más– concluyó que la parte rusa de ZED ocasionó un perjuicio de 32 millones de euros cuyo origen reside en el desvío de capital y el pago de sobornos a las autoridades rusas a través de la empresa Vstrecha (de la que Tema, la parte rusa de ZED, estaría detrás).
El 30 de junio de 2016, ZED presentó concurso de acreedores. Uno de los hombres de Fridman, Peter Wakkie disfrazó el entramado criminal y Letterone aprovechó para lanzar una oferta de compra. Es decir, lo hizo una vez ahogada económicamente, con la parte española fuera de juego y amenazada por el dueño de DIA. Así, el informe policial recoge la dirección estrecha que existe entre la caída de la facturación y el inicio de los conflictos con la parte rusa, controlada de forma indirecta y a través de un entramado de empresas dirigidas por algunos de sus hombres de confianza.
Asimismo, la investigación delata como otros hombres de confianza como Vage Engibaryan, Sergey Gorbuntsov y Vladimir Turovetskyi actúan bajo las órdenes de Fridman; siendo, por tanto, responsables de los resultados y perjuicios finales que han convertido en víctimas a los accionistas españoles que componen el Grupo ZED.
La defensa de Fridman afirma que no hay pruebas de que este influyera en la rescisión de ciertos contratos entre una filial de Zed, ni de la aceleración de la restitución de un préstamo otorgado a Zed+ por parte de un gran consorcio de bancos internacionales liderados por ING ni tampoco de que el magnate «haya tenido ninguna posición de control sobre VEON en ningún momento de manera que hubiese podido decidir sobre asuntos relativos a la operativa diaria».