La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha llevado a cabo un estudio exhaustivo sobre los menús escolares en España, descubriendo que ninguno de los 622 menús analizados se ajusta a las recomendaciones establecidas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Los resultados son alarmantes y nos obligan a reflexionar sobre la calidad nutricional de lo que consumen nuestros hijos durante su jornada educativa.
La encuesta llevada a cabo por la OCU, que abarcó a más de 600 familias, revela información crucial sobre el estado actual de los menús en los comedores escolares. Esta información se vuelve aún más relevante cuando se considera que alrededor de 1,8 millones de niños dependen, en gran medida, de la alimentación que reciben en sus colegios.
LA CALIDAD DE LOS MENÚS ESCOLARES: ¿SON REALMENTE SALUDABLES?
A través de la encuesta, se logró recopilar una variedad de datos sobre los menús escolares, incluida la gestión y costos asociados con ellos. Se observó que el precio del menú escolar variaba según el tipo de colegio: las instituciones públicas presentaban un coste medio de 96 euros mensuales, mientras que las concertadas y privadas marcaban cifras más altas, de 134 y 146 euros respectivamente.
Sin embargo, lo más sorprendente es que la relación entre precio y calidad no siempre se respeta; los menús más caros no garantizan necesariamente una mejor calidad nutricional. Además, se constató que solo un 33% de los colegios elabora sus menús en la propia institución, siendo el catering externalizado más frecuente, utilizado por el 55% de los centros. Esto plantea interrogantes sobre la frescura y la calidad de los alimentos, ya que muchos menús son preparados con antelación y simplemente recalentados antes de ser servidos.
PROPUESTAS DE LA OCU PARA MEJORAR LOS MENÚS ESCOLARES
Consciente de la situación actual, la OCU ha presentado varias propuestas que podrían ayudar a mejorar la calidad de los menús escolares. Una de las recomendaciones más importantes es fomentar el uso de productos de temporada y locales para garantizar que los alimentos sean frescos y nutritivos. Asimismo, sugiere la implementación de programas de formación para el personal de los comedores, asegurando que estén bien capacitados en nutrición infantil.
Por otro lado, hay un llamado a las familias para que se involucren más en el seguimiento de lo que sus hijos consumen durante el horario escolar. La comunicación regular con los colegios sobre los menús y la creación de canales efectivos para proporcionar información a los padres son esenciales para asegurar que se mantenga un estándar adecuado en la alimentación escolar.
La decisión de cómo se alimentan nuestros hijos en los colegios debe ser una prioridad urgente para todos los actores involucrados: desde las instituciones educativas hasta las familias y el gobierno. La reciente alerta de la OCU sobre la deficiencia nutricional en los menús escolares de España destaca la necesidad de actuar y buscar soluciones efectivas.
