El deseo del Gobierno Vasco de acoger la salida del Tour de Francia es una realidad. El lehendakari Íñigo Urkullu ha informado de que mantiene conversaciones con la organización del Tour de Francia para que Euskadi pueda acoger la salida de esta prueba ciclista en el año 2023. Un proyecto que les costaría en torno a diez millones de euros y que según han afirmado otros organizadores de la Grand Départ puede reportar hasta diez veces la inversión realizada.
Urkullu y el presidente de la Mancomunidad única de Iparralde y alcalde de Bayona, Jean-René Etchegaray han coincidido este lunes en el Palacio de Arjuria Enea, donde han firmado un Memorando de cooperación institucional entre Euskadi e Iparralde y han hecho referencia a esa posibilidad de acoger la salida del Tour de Francia en el 2023.
De momento, la opción existe, aunque las negociaciones se encuentran en las “fases iniciales” de este proyecto. El objetivo que tiene el lehendakari es implicar al resto de instituciones vascas, previsiblemente con el objetivo de buscar más respaldo económico en la operación. De momento se desconoce la ubicación y el desarrollo de etapas, pero la intención existe. “Estamos avanzando en conversaciones con la organización del Tour de Francia”, ha mencionado Urkullu.
El presidente de la Mancomunidad Única de Iparralde y alcalde de Bayona, Jean-René Etchegaray se ha mostrado “muy feliz” por esta posibilidad y ha agradecido el trabajo del Gobierno Vasco porque “sin su apoyo no se podría hacer”. “Seremos socios de esta preciosa operación”, ha remarcado.
EL TOUR DE FRANCIA, MUCHO MÁS CARO QUE LA VUELTA A ESPAÑA
Este proyecto no será la única de las opciones que emerjan en los próximos meses para acoger la salida del Tour de Francia. La operación costaría en torno a diez millones de euros, teniendo en cuenta las cifras que han desembolsado otras ciudades previamente. En concreto, Bruselas invirtió casi once millones de euros, aunque es cierto que por sus calles discurrieron las dos primeras etapas ciclistas de la ronda gala. Una cifra muy similar abonó en su día Edimburgo.
El coste es realmente más elevado que en La Vuelta a España, donde este año Alicante desembolsó un millón de euros para acoger la salida y llegada de las tres primeras etapas. Aunque eso sí, la repercusión también es mucho más elevada. El Tour de Francia es el tercer evento deportivo más seguido del mundo, cuya retransmisión se emite en cerca de 200 países. De ahí el interés de Euskadi y otros territorios para conseguir el ansiado privilegio.
Los diez millones de euros se destinarían a organizar diferentes eventos previos al pistoletazo de salida, además de cuerpos de seguridad, en contratación de voluntarios y su posterior formación, en el asfaltado de carreteras… El gasto es muy elevado. Pero la recompensa es aún mayor. O de ello presumen otras ciudades como Utrech (en 2015). Un operador turístico local tasó un impulso económico en 25 millones y casi un millón de turistas. Otras voces como Andrew Denton, jede de comunicación del Grand Départ de Yorkshire, apuntan a que las ganancias son diez veces superiores a la inversión. Una cifra que suena algo descabellada, pero ya en España diversas diputaciones han presumido de gastar dinero público por el retorno económico que supone para la localidad. Una muestra de que el ciclismo es capaz de generar billetes y más en una cita tan prestigiosa como el Tour de Francia