La Sociedad Textil Lonia (STL), nacida de la disputa empresarial de los hermanos Domínguez, triplica en ventas a la marca Adolfo Domínguez. Actualmente, Adriana Domínguez es quien está al frente de la firma fundada por su padre. Tras eliminar la línea juvenil (U) y de tallas grandes (+AD) aseguran desde la empresa que ha vuelto la rentabilidad a todas sus tiendas. Mientras tanto, STL, la sociedad gestionada por los tres hermanos, crece progresivamente desde su nacimiento en 1997.
El 2018 supuso el cierre de las marcas U y +AD como estrategia empresarial para potenciar la línea principal, Adolfo Domínguez. El ejercicio anual del pasado año termina con 87,3 millones de euros para la conocida empresa, según las cifras publicadas en la página web de la marca. Respecto al año 2017, las ventas cayeron en algo más de dos millones de euros.
Por su parte, la Sociedad Textil Lonia (STL), que aglutina a los tres hermanos de Adolfo Domínguez, Josefina, Francisco Javier y Jesús, desarrolla su actividad comercial a través de las marcas de Purificación García y Carolina Herrera. Sus resultados de ventas son superiores a los de la marca gestionada ahora por su sobrina. Las cifras del 2018 superan los 262 millones de euros en ventas, tal y como recoge Insight View de datos procedentes del Registro Mercantil.
La estrategia futura de ambas empresas camina hacia direcciones similares. Poner el foco en el mercado exterior, al mismo tiempo que se mejora la experiencia en el terreno nacional. Mientras STL se decanta por Asia y América como principales apuestas en sus previsiones, según recoge el informe de auditoría de la empresa; Adolfo Domínguez prevé recorrer la senda latinoamericana como plan de expansión internacional, ya que la respuesta de estos países parece ser positiva para la marca.
LA DISPUTA FAMILIAR QUE ACABÓ EN NEGOCIO
Las desavenencias entre los hermanos Domínguez tuvieron como consecuencia la disolución del negocio original para diversificarse en dos ramas. Adolfo Domínguez refundó la marca, mientras que, el resto de la familia se agrupó en Sociedad Textil Lonia (STL), que se especializó en el retail de lujo con Purificación García y Carolina Herrera. Si hay una parte perjudicada de la reformulación del negocio es Adolfo Domínguez, ya que, el grupo de sus hermanos va muy por delante en cuanto a cifras de ventas.
En una entrevista publicada en Expansión a la directora general de Adolfo Domínguez, su hija Adriana, explica cómo su estrategia de cerrar las marcas orientadas a público juvenil y tallas grandes, para así poder concentrar esfuerzos en la línea principal ha sido un acierto empresarial. Asimismo, asegura en la misma publicación que ahora todas sus tiendas son rentables tras varios ejercicios en números rojos.
Las dos empresas comparten método de venta, y es que tanto Adolfo Domínguez como las marcas de STL cuentan con tiendas propias, corners en centros comerciales y franquicias. Estos números tampoco dan ventaja a Adolfo Domínguez, ya que la sociedad de sus hermanos duplica el número total de puntos de venta.
TRADICIÓN TEXTIL ENTRE LOS DOMÍNGUEZ
Las hijas de Jesús Domínguez, María y Uxía, continúan con la tradición empresarial de su familia. Son las propietarias de Bimba y Lola cuyos números apuntan alto. La marca comercializa prendas de vestir, calzado, bolsos y accesorios desde su creación en 2005.
Los fundadores de las marcas dan paso a las nuevas generaciones de la familia, que además se constituyen como competencia. No solo las ventas son el fiel reflejo de la situación empresarial de las compañías, sino que, su expansión internacional es otro indicador relevante. Es por eso que, las marcas de los Domínguez intentan hacerse fuertes fuera de las fronteras nacionales.