Alejandra Rubio ha vuelto a la televisión. La hija de Terelu Campos ha retomado su carrera televisiva, esta vez como colaboradora en el nuevo programa de Telecinco, Vamos a ver, un espacio que promete polémica y entretenimiento, y donde Alejandra compartirá plató con algunos de los colaboradores más incisivos de la televisión española. Entre ellos se encuentra Alessandro Lequio, conocido por no morderse la lengua y que en los últimos meses ha sido especialmente crítico con Alejandra. La vuelta de Alejandra Rubio a los focos está generando una gran expectación y no está exenta de controversia, especialmente tras sus declaraciones en julio, en las que aseguraba que su intención era alejarse de la televisión para centrarse en su carrera como influencer.
Alejandra Rubio regresa a la tele
En julio, Alejandra Rubio sorprendía a todos con unas declaraciones en las que parecía que había tomado una decisión definitiva sobre su futuro profesional. “Me gustaría encaminar mi vida a más redes y menos tele y corazón”, afirmaba Alejandra, dejando claro que quería alejarse del mundo televisivo que tanto la había visto crecer y que, en ocasiones, había sido fuente de tensiones familiares. Tras el fin del programa ‘Así es la vida’, en el que había colaborado, todo apuntaba a que Alejandra apostaría por una vida más enfocada en las redes sociales, donde su influencia y presencia no dejan de crecer. Sin embargo, pocos meses después de estas declaraciones, ha decidido volver a los platós, aceptando la oferta de Telecinco para convertirse en la nueva colaboradora de ‘Vamos a ver’.
Joaquín Prat, el carismático presentador de ‘Vamos a ver’, no ha dudado en expresar su opinión sobre la incorporación de Alejandra al programa, y lo ha hecho con la franqueza que le caracteriza. “Tengo mucha ilusión de que Alejandra venga con ilusión”, comenzaba diciendo Prat, en una aparente bienvenida cordial. Sin embargo, el tono de sus palabras pronto cambió, mostrando la dureza y la exigencia que el presentador espera de sus colaboradores. “Espero encontrarme una Alejandra proactiva, como su tía Carmen Borrego, que siempre entra al trapo de todo y entiende dónde está”, sentenciaba Joaquín, marcando claramente las expectativas que tiene para Alejandra en esta nueva etapa televisiva.
Prat insistió en que Alejandra debe aprovechar esta oportunidad para demostrar su valía en un mundo tan competitivo como el de la televisión. “Quiero que Alejandra cuente lo que quiera contar, pero que entienda que este es un programa donde se trabaja duro, donde se opina y se debate. Quiero una Alejandra que aporte, que se moje y que no tenga miedo de decir lo que piensa”, añadía, lanzando un claro mensaje de que la hija de Terelu no tendrá un camino fácil si quiere ganarse el respeto y el lugar que ahora ocupa en el programa.
El resto de los colaboradores de ‘Vamos a ver’ también han mostrado su opinión sobre la llegada de Alejandra Rubio al programa. Aunque las críticas y opiniones han sido variadas, en general, parece haber un ambiente de bienvenida hacia la nueva colaboradora. “Se nota que está en su último trimestre de embarazo y ha perdido la tensión del principio”, comentaban algunos, refiriéndose a la aparente calma y confianza con la que Alejandra ha vuelto a los platós.
¿Qué sucederá con Alessandro Lequio?
Kike Calleja, amigo de la familia Campos y compañero de Alejandra en el programa, ha sido uno de los que más ha alabado a la joven. “La veo superguapa y muy bien, viene con muchas ganas y sabe dónde está. Lo va a hacer muy bien”, aseguraba Calleja, mostrando su confianza en que Alejandra sabrá manejarse en este nuevo entorno. Calleja también reconocía que la joven es consciente de que “le van a preguntar muchas cosas y no pasa nada”, lo que demuestra la madurez con la que Alejandra está afrontando esta etapa, sabiendo que estar en televisión implica estar bajo el escrutinio constante del público y de sus compañeros.
Pero quizás el momento más esperado fue el reencuentro con Alessandro Lequio, conocido por sus opiniones a menudo duras y sin filtros. Durante los últimos meses, Lequio no ha dudado en criticar públicamente a Alejandra Rubio, lo que hacía presagiar un encuentro tenso en Vamos a ver. Sin embargo, la tensión parece haber quedado de lado, al menos por ahora. Antes de su primer cara a cara en el plató, ambos tuvieron un primer encuentro virtual, a través de una videollamada, en el que dejaron claro su deseo de trabajar en paz.
Lequio, sorprendentemente conciliador, le dio la bienvenida a Alejandra con palabras amables: “Quiero darte la bienvenida al mejor programa de corazón que hay en España y donde podrás ver realizada tu ilusión de trabajar con los mejores del corazón. Estoy feliz de tenerte aquí. Sabes que a tu abuela la llevo siempre en mis mejores recuerdos, con tu tía no tengo problemas y sé que contigo va a ser igual”, decía Lequio, tendiendo una mano a la hija de Terelu.
Alejandra, por su parte, respondió con serenidad, demostrando una actitud madura y conciliadora. “La verdad es que voy en paz y armonía y no quiero ninguna bronca. Está claro que no pensamos igual en muchas cosas, pero espero convivir en paz y armonía y que todo esté bien”, declaraba Alejandra, dejando claro su deseo de mantener un ambiente de trabajo tranquilo y profesional.
Alejandra Rubio cuenta con el apoyo de Alejandra Rubio
La vuelta de Alejandra Rubio a la televisión no solo está marcada por sus declaraciones previas o las polémicas con sus compañeros. También lleva consigo el peso de la herencia de una familia que ha estado siempre ligada a la pequeña pantalla. Siendo hija de Terelu Campos y nieta de la legendaria María Teresa Campos, Alejandra ha crecido bajo la atenta mirada de los medios y el público, y cada paso que da es analizado con lupa.
Su madre, Terelu, ha expresado en varias ocasiones su deseo de que Alejandra encuentre su propio camino, sin dejarse influenciar por las opiniones ajenas. “Lo importante es que ella sea feliz con lo que hace, que encuentre su propio camino y lo siga”, comentaba Terelu en una entrevista reciente. Pero, como bien sabe la familia Campos, encontrar un equilibrio entre la vida pública y la vida privada es un desafío constante, especialmente en un entorno tan competitivo y a veces hostil como el de la televisión.
Alejandra parece dispuesta a enfrentarse a este reto. A sus 23 años, ha demostrado tener la fuerza y la determinación necesarias para forjar su propio destino, incluso cuando esto significa cambiar de opinión y volver a un medio del que pensaba alejarse. La televisión le ofrece una plataforma única para expresar sus opiniones, para conectar con una audiencia que sigue cada uno de sus pasos, y para demostrar que, más allá de ser “la hija de”, tiene mucho que aportar por sí misma.