Problemas con Pablo Urdangarin
Pablo Urdangarin se ha convertido en uno de los rostros reales más populares del momento, porque gestionar su imagen es uno de los grandes dolores de cabeza de Zarzuela. Desde que se les dio luz verde a los hermanos Pablo e Irene a hacer apariciones en público en solitario, la Casa Real ha intentado mantener cierta digresión en sus movimientos y ha decidido esconder a Pablo Urdangarin en un rincón de Zarzuela. Esto se debe a la tirante relación entre el rey Felipe VI y la infanta Cristina.
Aunque se sabe que Felipe y Cristina estuvieron muy unidos en el pasado, desde que salió a la luz el caso Nóos y ella fue apartada de la familia real, los problemas entre los hermanos han estado muy presentes. No obstante, en el último tiempo ha habido cierto acercamiento que se ha visto reflejado en lo que ocurrió el lunes durante el festejo de la victoria de la Selección Española de fútbol, en el que la infanta fue una de las representantes de la Casa Real en el Ayuntamiento de Madrid.
Acercamiento de posturas
La infanta estuvo en Cibeles y pudo acercarse a los protagonistas de La Roja como representante de la Casa Real. Lo que ha dado a entender que entre los hermanos Borbones las cosas van mejorando. Otra cosa que lo hace pensar es el hecho de que los sobrinos Urdangarin vuelven a hacer apariciones públicas.
No obstante, Felipe tiene sus estrictas reglas: que aparezcan pero que no le roben el protagonismo a la familia real. Durante el encuentro previo en Zarzuela donde los jugadores fueron recibidos por la familia real, los únicos presentes fueron Felipe y su familia directa: la reina Letizia y las princesas Leonor y Sofía.
Sobrinos en las sombras
Los sobrinos de los reyes, Irene, Miguel y Pablo, han tenido la oportunidad de participar también en la celebración pero cumpliendo ciertas condiciones. Se los invitó a disfrutar del encuentro pero quedándose en las sombras, sin llamar la atención y con la terminante prohibición de aparecer en la foto familiar. Lo importante, parece, es controlar las formas y que en el plano familiar salga Felipe y su descendencia.
Pablo Urdangarin fue uno de los sobrinos presentes, según leemos en Vanitatis. «Llegó a la capital procedente de Alemania, donde ha estado de visita a su novia, Johanna Zott, que ha vuelto a estudiar su carrera de medicina en Munich. Así que se quedó unos días en Madrid con su familia y de paso, con la Selección». Desde protocolo se les indicó qué podía hacer y así se relata su presencia en el acto: «se pusieron en un rincón al final de la sala, junto a los trabajadores de Zarzuela, y esperaron al último momento para saludar a La Roja».