La única duda que a estas alturas de la película se circunscribe a MásMóvil es si utilizan Dom Pérignom, Veuve Clicquot o quizás Moët & Chandon para celebrar sus (múltiples) pelotazos en bolsa. Ayer, en el primer día de octubre, otro, después de que sus títulos se disparasen por encima del 17% merced al acuerdo logrado con Orange, que será su nuevo proveedor de 5G, que le ha permitido ahorrar costes y, con ello, anotarse importantes mejoras en sus previsiones financieras. Curiosamente, la noticia viene precedida de una importante compra de acciones por parte de los directivos, consejeros y grandes accionistas de la misma que este martes se han llevado el premio gordo. Enhorabuena a los premiados y, por supuesto, ¡más champagne!
Curiosidades o no, lo de coincidencia lo dejamos por eso de la reiteración, es que los directivos, consejeros y demás estamentos relacionados con la toma de decisiones en MásMóvil han resultado ser unos inversores prodigiosos. Nunca fallan. Habría que revisar los datos de algunos, pero no desmerecerían la trayectoria de Warren Buffett y Charlie Munger (siempre juntos) o de Peter Lynch y sin dedicarse al mundo de la inversión. La última ha sido la de acertar de lleno al atiborrarse de acciones de la operadora a mediados de agosto, con la acción en mínimos, para ahora apuntarse el despegue en Bolsa tras el acuerdo con Orange.
Un contrato del que obviamente, CNMV mediante, ninguno sabía nada de que pudiera culminarse satisfactoriamente hace poco más de 40 días. Tampoco, también obviamente, nadie era consciente de que el ahorro de costes (que se ha cifrado en 40 millones) iba a disparar con fuerza las cifras económicas de la compañía: el ebitda ajustado ahora se espera en 15 millones superior al previsto para 2019, pero en 40 millones superior para 2020 y 2021. Además, se producirá una expansión de los márgenes al 32% en 2020 y hasta el 34% para 2021. Por último, también se informa de que se tiene previsto reducir el endeudamiento de la compañía, su tendón de Aquiles, en los próximos años.
Si nos retrotraemos a unas pocas semanas antes del acuerdo, del que nadie podría haber tenido noticias, se podría decir que no quedó un alma en la compañía que no llenase su cartera de acciones en pleno agosto. Ya se sabe que es un mes prolífico para ir de compras a la Bolsa. En concreto, recientemente MásMóvil anunció que había recibido notificaciones (es mejor coger aire aquí): de ocho directivos, cinco miembros del Consejo de Administración, incluido el consejero delegado, Meinrad Spenger, los dos vicepresidentes, así como todos (cuando dice todos es que son todos de verdad) los accionistas relevantes con representación en el Consejo, han adquirido 1,8 millones de acciones (unos 31 millones) de acciones de la compañía.
Para sorpresa de muchos, los 31 millones invertidos a mitad de agosto (hay compras continuadas desde el 8 de dicho mes hasta el 16, día que toco mínimos) ahora son casi 40 millones de euros. Lo que significa que directivos, consejeros, vicepresidentes y accionistas de referencia han conseguido revalorizar su capital un 30% en poco más de 40 días. Así la cuesta de septiembre es menos cuesta. En todo esto, además, hay algunas circunstancias ciertamente curiosas, y es que muchos de los que han puesto dinero en la compañía nunca habían puesto tanto énfasis en ello en los años que lleva la firma en pie. De hecho, se anotaron más compras de acciones en dicho mes que en todos los años anteriores.
DE ACIERTO EN ACIERTO EN EL ACCIONARIADO DE MÁSMÓVIL
Ahora, después de todo lo anterior hay quien pueda sugerir que con una empresa que se ha revalorizado un 666% (tiene gracia la cifra) en los últimos cinco años, lo de acertar comprando acciones es ciertamente sencillo. Eso no se puede discutir, lo que quizás es más curioso es que los grandes movimientos siempre han estado seguidos, en el caso de ventas precedidos, por ciertas noticias muy positivas para la compañía y que siempre han tenido una fuerte repercusión al alza en su cotización.
La fuerte revalorización de los títulos de MásMóvil, por su acuerdo con Orange, viene precedido de una fuerte compra de acciones por todo su grueso ejecutivo y mayores accionistas
Un ejemplo paradigmático de lo anterior se dio en 2018. A mediados de mayo, el grueso de la directiva de MásMóvil debía recibir su primer gran paquete accionarial gracias al plan de incentivos suscrito a la evolución en el precio de los títulos. Para dicho momento, la cotización se había disparado por encima del 30% en lo que iba de año merced a las múltiples compras que se habían ejecutado anteriormente (Levara, Yoigo o LlamaYa) y que le llevó a batir récord histórico de captación de clientes, con 400.000, al igual que apuntarse beneficios, mientras que un año antes arrojó pérdidas por casi 42 millones. Esos mismos días toda la ejecutiva ordenó la venta de sus opciones. Por cierto, desde el momento de la venta hasta el final de año el precio cayó cerca de un 15%.
Los resultados se anunciaron a ‘bombo y platillo’, mientras que en esos mismos días hasta 30 directivos de la operadora se deshizo de 497.500 opciones que representaban un 2,4% del capital. El gran beneficiado de aquel movimiento fue Meinrad que de la noche a la mañana se embolsó cerca de 12 millones de euros, pero la alta dirección también sacó tajada. Ese mismo verano, también en agosto y también con la acción en plena caída, el consejero delegado de MásMóvil volvió a comprar acciones, junto con otros directivos, en este caso un paquete más reducido, que después se revalorizó con fuerza tras anunciarse la noticia a principios de septiembre de que compartiría su red de fibra con Vodafone en 1,9 millones de hogares.