Luego de la reciente revelación sobre la fundación creada por Juan Carlos I en Abu Dabi para transferir su herencia a sus hijas, la reina Letizia y el rey Felipe VI se encuentra sumida en una profunda controversia. Según informes de El Confidencial, tanto la infanta Elena como la infanta Cristina han sido nombradas como patronas de esta entidad, concebida para administrar de manera eficiente y discreta la considerable fortuna del rey emérito, evitando así las regulaciones fiscales españolas.
Ubicada en los Emiratos Árabes Unidos, esta fundación ofrece significativas ventajas fiscales y un alto nivel de confidencialidad, permitiendo que las herederas reciban su patrimonio sin tener que revelar públicamente su identidad. Lo cierto es que esta brillante jugada que hizo Juan Carlos I ha generado cierto escándalo dentro de la corona española entre la reina Letizia y el rey Felipe VI.
La reina Letizia enfurecida con Felipe VI
La reina Letizia se encuentra profundamente enfadada por este último movimiento de su suegro y sus cuñadas. Para la infanta Cristina, cuya residencia fiscal está en Suiza, esta estrategia no presenta mayores complicaciones fiscales, pero representa un desafío para la infanta Elena, cuya residencia fiscal está en España. Anteriormente, se especulaba que la presencia de su hijo, Froilán, en Abu Dabi podría facilitar la recepción de la herencia en su nombre, con ella actuando como administradora y el joven como testaferro.
Sin embargo, con esta nueva fundación, Elena ya no necesita recurrir a su hijo como intermediario. Este movimiento ha generado una intensa tensión dentro de la familia real, particularmente con Letizia, quien ve en estas maniobras financieras un revés significativo para los esfuerzos que ha dedicado a limpiar la imagen de la monarquía y restaurar la confianza pública en España.
La fortuna de Juan Carlos I que ni Felipe VI ni la reina Letizia pueden tocar
Juan Carlos I ha optado por establecer una fundación en Abu Dabi, conocida por su favorable régimen fiscal y políticas discretas, para centralizar su riqueza fuera del ámbito español. Esta decisión estratégica permite a las infantas Elena y Cristina recibir y administrar directamente el patrimonio familiar después de su fallecimiento, manteniendo en secreto la identidad de los beneficiarios. Este movimiento excluye al rey Felipe VI y a la princesa Leonor de cualquier participación en la herencia.
En 2019, Felipe y Leonor renunciaron públicamente a cualquier derecho de herencia que pudiera provenir del emérito, una decisión formalizada en 2020. La creación de esta fundación en Abu Dabi asegura una transferencia eficaz de la fortuna familiar a las hermanas del rey, al tiempo que protege el legado económico de Juan Carlos de las complejidades fiscales europeas. Este movimiento es algo que a la reina Letizia le estaría molestando dado que a ella le gusta as cosas claras y no los negocios sucios.
