En el sexo, cada persona es un mundo y nunca se puede decir que el cien por cien de los hombres odian algo, porque sería generalizar demasiado en un tema que es muy ambiguo. Sin embargo, la mayoría de los hombres tienen puntos en común que detestan.
No se puede pensar que por tener «algo colgando entre las piernas» el sexo está en sus mentes veinticuatro horas al día, ni que siempre van a estar dispuestos a echarte un pinchito cuando tú digas.
Hay algunos hombres que no dicen lo que quieren hacer o lo que les disgusta por miedo a ser juzgados o a que su virilidad se ponga en entredicho. Estamos en una época en la que el sexo libre debería ir en ambos sentidos. Así que, si eres de los que aún piensa que los hombres son los encargados de dominar en la cama, va siendo hora de que renueves un poco los pensamientos.
Después de realizar varias encuestas, se ha llegado a algunas conclusiones que deberías tener en cuenta la siguiente vez que tengas sexo con un hombre. Aunque, ante la duda, lo mejor es preguntarle.
Modo romántico activado
Hay algunas parejas que se emocionan con eso de tener sexo las primeras veces y quieren transformarlo en una película de cuento de hadas. Que lo mismo alguna vez lo de las rosas, la ducha y el vino no está mal, pero tomarlo por costumbre como que no.
Los hombres necesitan tan solo unos pocos minutos para llegar al orgasmo mientras que las mujeres, mínimo, un cuarto de hora. Si ralentizas mucho la situación al final vas a conseguir que todo el preparativo principesco sea para terminar ambos en la cama mirando al techo con cara de decepción.
Pasividad
Esto es algo en lo que muchos hombres coinciden. La pasividad o el exceso de intentar ser sensual. Hay mujeres que simplemente se tumban en la cama y se abren de piernas mientras el otro pobre está encima intentando darlo todo en el sexo.
Los hombres no quieren acostarse con muñecas que tan solo muevan las pestañas de vez en cuando. Se trata de que la complicidad en la cama sea mutua y las ganas e implicación también.
Tener sexo es la mejor actividad para ejercitar tu imaginación. Si siempre usas la misma postura, al final acaba siendo monótono y aburrido. Las mujeres no deben tener miedo a llevar la iniciativa en el sexo. Tirar al hombre en la cama, atarle las muñecas y dejarlo con cara de bobo es bastante divertido.
Sexo oral
El sexo oral no es como comerse un plátano, por mucho que quieran poner el símil comparativo. El gran problema de esta práctica es que no se habla lo suficiente ni se explica qué se quiere. Recuerda que las mujeres no son adivinas ni tienen pene, ellas saben cómo les gusta que se lo hagan, pero no cómo te gusta a ti.
En este punto, los hombres que han visto demasiado porno tienen en un pedestal el sexo oral. De nuevo debes recordar que son actores… La realidad suele distar mucho de la ficción.
El pene es una zona muy sensible por muy duro que lo puedas llegar a notar y en los hombres que no tienen la fimosis hecha aún más. Si te vienes arriba chupando y le clavas los dientes más de una vez, al final aquello se terminará bajando y la experiencia no será positiva. Lo recomendable es que curves los labios hacia dentro usándolos como si fuese una protección de rugbi. Así evitarás tatuajes innecesarios en la piel del pobre pene.
Besos y caricias antes del sexo
La era del cromañón hace tiempo que se terminó. Los hombres pueden tener los mismos sentimientos o más que las mujeres. En la cama, estimular las zonas erógenas y excitar a la pareja es fundamental a la hora de tener un sexo de calidad.
Hay hombres que adoran besar y ser besados. Los besos, las caricias, los pequeños susurros al oído son importantes para diferenciar entre sexo con amor o sexo pasajero. Una buena forma de usar la lengua es lamerle de arriba abajo e ir soplando a continuación.
Amagar antes de hacer es algo logra poner a los hombres a cien. No dejes que sea el otro el que lleve siempre las riendas porque también necesitan sentirse deseados. Juega a ser seductora, pero sin pasarte de la raya, porque entonces el coito durará relativamente poco tiempo.
La niña del exorcista
Aquí hay dos extremos muy diferenciados. Las mujeres que, como ya te he dicho, son momias en la cama, y las que son la niña del exorcista. Si te pasas sin pensar en que lo que está erecto puede llegar a troncharse y la cosa se pone peligrosa.
No puedes pensar que aquello que tienes entre las piernas, en las manos o en la boca, es la palanca de cambios del coche. Tienes que tener cuidado de no hacerle una segunda fimosis sin querer.
La cara de miedo que se les pone a algunos hombres cuando tienen encima a una mujer que no tiene ni idea de lo que está haciendo no tiene precio. Si eres de esas no esperes que haya una segunda cita porque puede ser que te haya cogido pánico.
Tampoco se trata de que te dé miedo a que se rompa, de nuevo tienes que buscar el gris. En la vida, como en el sexo, no todo es blanco o negro.
Penetración y sexo
No des por sentado que quiere que le metas algo por detrás. Hay muchos hombres que todavía ese paso no se atreven a darlo.
Al igual que en el caso de las mujeres, tampoco debes obligar a un hombre a hacer algo que no quiera. Por mucho que tú sepas que le vaya a gustar, el sexo debe ser de mutuo acuerdo. Si fuese al contrario, seguramente no te haría gracia.
En el sexo lo más importante es olvidar las normas establecidas hace cientos de años y ser uno mismo. Tienes que hablar, soltarte y sobre todo disfrutar.