La pandemia de COVID-19 y la actual crisis económica han dejado al descubierto una realidad preocupante: cada vez son más los trabajadores que no pueden permitirse unas vacaciones fuera de su casa, incluso de una sola semana. Este fenómeno, que afecta tanto a España como al conjunto de la Unión Europea (UE), es un claro reflejo de la creciente desigualdad que azota a nuestra sociedad.
Según un análisis elaborado por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) con datos de 2022, el 17,8% de los trabajadores en España no pueden costear unas vacaciones de al menos una semana, un 1,8% más que el año anterior. A nivel europeo, la situación es aún más preocupante, pues hasta 40 millones de personas (15% del total) se encuentran en esta misma situación, dos millones más que en 2021.
EL IMPACTO DE LA INFLACIÓN Y LOS MÁRGENES EMPRESARIALES
Estos datos revelan una tendencia alarmante que, según los expertos, empeorará en los próximos años. Tanto el aumento del precio de los costes vacacionales como la caída de los salarios reales en la UE, debido al alza de la inflación, son los principales factores que explican este fenómeno.
Organismos como el Banco Central Europeo o la Comisión Europea han venido alertando desde hace más de un año sobre el papel que juegan los altos márgenes empresariales en el incremento de la inflación. Esta codicia corporativa, denuncian desde el sindicato UGT, se traduce en una creciente desigualdad económica que afecta a múltiples aspectos de la vida diaria de los trabajadores, como el acceso a una vivienda digna, la protección de los hogares ante las altas temperaturas o el disfrute de las vacaciones.
LA NECESIDAD DE MEDIDAS CONTUNDENTES
Ante esta situación, es evidente que se requieren medidas contundentes por parte de las autoridades para revertir esta tendencia y garantizar que todos los trabajadores puedan disfrutar del derecho al descanso y las vacaciones. Desde los sindicatos, se reclama un mayor compromiso por parte de los gobiernos y las empresas para reducir la desigualdad y asegurar que los beneficios económicos se distribuyan de manera más equitativa.
El acceso a unas vacaciones fuera del hogar es un derecho fundamental que debe ser preservado para todos los trabajadores, independientemente de su nivel de ingresos. La creciente imposibilidad de ejercer este derecho es un síntoma preocupante de una sociedad cada vez más desigual, y exige una respuesta enérgica y coordinada a nivel europeo.