Cuando un Gobierno se empeña en vitaminar artificialmente un mercado, suele dejarlo tan dependiente como un drogadicto lo es a la droga de rigor. Es lo que le ha ocurrido al mercado del automóvil, que tras perder el Plan PIVE, ha visto cómo los particulares han vuelto a guardar el dinero en el bolsillo. Vamos, que si no nos subvencionan la compra de un coche, los españoles no tenemos prisa por comprar uno nuevo.
Se puede comprobar en los últimos datos de matriculaciones, en donde se observa que el canal ‘doméstico’ ha caído un 2,3% en octubre hasta las 501.126 unidades en lo que llevamos de año. Segundo descenso consecutivo, tras el del mes de septiembre una vez que el PIVE terminaba en el mes de julio. Atrás quedan, por tanto, los tiempos en los que el Gobierno financiaba con 1.500 euros la compra de un automóvil. Planes instaurados en 2012 con el objetivo de reactivar las ventas -por aquel entonces por debajo de las 700.000 unidades- y en los que se han invertido más de 1.100 millones de euros.
El alquiler está tirando de las ventas hacia arriba, al igual que el canal de las empresas. Fruto de la recuperación económica y del turismo
Ahora las presiones de las principales marcas, según ha podido saber Merca2.es, se va a redoblar con la llegada del nuevo Gobierno. La intención es lograr poner en marcha, otra vez, el Plan PIVE para potenciar las ventas y lograr el objetivo de las 1,1 millones de unidades vendidas. Y ojo, porque para tratar de conseguirlo los concesionarios ya están haciendo sus particulares trampas: la automatriculación ha supuesto casi el 10% del total del mercado. Coches que, ahora, podrían circular pero que están almacenados en un concesionario y tendrán que venderse a precio de derribo.
Entre los argumentos que utilizan fabricantes y concesionarios está la vejez del parque automovilístico español. Una media de 16 años, con las consecuentes faltas de sistemas de seguridad y una mayor contaminación rodando por las carreteras. Sin embargo, no parece que sea lógico ‘vitaminar’ un sector que debería tratar de avanzar por sus propios medios.
Cierto es que el particular supone ahora mismo el 52% del total de coches vendidos: 957.468 matriculaciones. El resto provienen de la ya mencionada autromatriculación, pero también de dos canales esenciales: las flotas de las empresas alquiler coches, que se ven impulsadas por el auge del turismo (una subida del 15% anual) y también del canal empresa, que ha crecido casi un 11%. En definitiva, que no es cuestión de subvencionar o no, simplemente de una mejora económica que todavía muchos hogares no han visto llegar.
Además, recordemos que la subvención del PIVE tiene una trampa que -casi nunca- se hace pública y de la que nos acordamos sólo cuando llega Hacienda llamando a nuestras puertas. Computa como ingresos obtenidos y, por tanto, se computa a efectos de IRPF en la declaración de la renta. ¿Realmente es tanta ayuda? Desde luego es para pensárselo.