La salud renal es un aspecto fundamental para el bienestar general del ser humano, y, sin embargo, a menudo es pasada por alto en nuestra rutina diaria. En España, ciertos hábitos culturales y estilos de vida pueden influir negativamente en la función renal, llevando a un riesgo elevado de enfermedades que podrían ser prevenidas con simples cambios en la conducta.
La deshidratación, la retención de la micción y los hábitos de hidratación antes de dormir son prácticas comunes que, si bien son parte de la vida cotidiana, pueden generar serias consecuencias a largo plazo para la salud de nuestros riñones. A continuación, conocerás tres hábitos que, a menudo, son subestimados y que están poniendo en riesgo la salud renal en nuestra sociedad.
HÁBITOS QUE DEBERÍAS DEJAR AHORA MISMO
El primer hábito que merece atención es la habitual falta de ingesta de agua. Aunque se recomienda consumir al menos 2 litros de agua al día, muchos españoles no llegan a esta cifra. La falta de hidratación puede dar lugar a una concentración elevada de toxinas en la orina, lo que incrementa el riesgo de formar cálculos renales.
Otro hábito perjudicial que se ha normalizado en la sociedad española es el de aguantar las ganas de orinar, ya sea por conveniencia, por falta de acceso a baños o simplemente por distracción. Esta práctica puede parecer inofensiva, pero en realidad, puede causar una serie de problemas urinarios. Al retener la orina de manera prolongada, se incrementa la presión dentro de la vejiga, lo que puede dar lugar a inflamaciones y, a largo plazo, a infecciones renales.
CUIDADO SI BEBES MUCHO LIQUIDO DE NOCHE
Un tercer hábito que parece inofensivo, pero que puede tener efectos adversos sobre la salud renal, es la tendencia a beber grandes cantidades de agua o bebidas justo antes de dormir. Aunque la hidratación es esencial, esta práctica puede resultar en un aumento en la frecuencia de las visitas al baño, interrumpiendo el sueño y alterando los ciclos de descanso.
Un sueño reparador es vital para la salud en general y su falta puede afectar la recuperación y el funcionamiento de los órganos, incluyendo los riñones. Por lo tanto, es prudente moderar la ingesta de líquidos en las horas previas a la hora de dormir, y así evitar ir al baño a mitad de la noche y espantar por completo el sueño.
tomar conciencia de estos tres hábitos —no beber suficiente agua, aguantar las ganas de orinar y beber demasiado antes de dormir— es esencial para proteger la salud de nuestros riñones. Adoptar un estilo de vida que priorice la hidratación adecuada, la atención a las necesidades fisiológicas del cuerpo y la moderación en la ingesta de líquidos antes de acostarse puede marcar una diferencia significativa.
