El consejero delegado (CEO) de Lamborghini, Stephan Winkelmann, se muestra confiado en el futuro de la marca a pesar de los vientos en contra que enfrenta la industria automotriz. En una entrevista con Europa Press, el empresario berlinés abordó diversos temas que afectan al fabricante de vehículos de lujo, destacando su capacidad de adaptación y su visión a largo plazo.
Desafíos comerciales y geopolíticos
Una de las principales preocupaciones de Winkelmann es la posible imposición de aranceles a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China por parte de la Comisión Europea (CE). Si bien admite que el impacto sería limitado debido a la «buena forma» de Lamborghini, considera «justo» que todas las automotrices, independientemente de su origen, compitan bajo las mismas reglas. No obstante, espera que estos aranceles provisionales no se conviertan en permanentes al final del próximo año.
Además, Winkelmann se muestra confiado en mantener el buen desempeño de los últimos años, incluso en medio de posibles tensiones comerciales y en la cadena de valor ocasionadas por conflictos geopolíticos como la guerra de Rusia en Ucrania, la crisis en Oriente Medio o las tensiones en el Canal de Suez.
Estrategia de electrificación y rentabilidad
El gran desafío que enfrenta Lamborghini, según Winkelmann, es la electrificación, cuyos precios están aumentando y reduciendo los márgenes de muchas marcas. Sin embargo, la firma transalpina tiene como objetivo electrificar todas sus gamas de vehículos mediante la implementación de la tecnología híbrida enchufable, con la intención de ser «el primer fabricante de superdeportivos en haber hibridado todas las gamas.
Asimismo, Winkelmann asegura que el primer coche eléctrico de batería de Lamborghini, que se lanzará a finales de esta década, será un vehículo rentable similar a los que tienen actualmente, los híbridos. La promesa de la marca es ofrecer más rendimiento y menos emisiones de dióxido de carbono con cada nueva generación de coches.