El maquinista y el antiguo jefe de seguridad de Adif son declarados culpables por el descarrilamiento de Angrois

La sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Santiago de Compostela ha condenado tanto al maquinista, Francisco Garzón, como al exjefe de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, a dos años y medio de prisión por el descarrilamiento del tren Alvia ocurrido en la curva de Angrois el 24 de julio de 2013. La jueza, Elena Fernández Currás, ha considerado probado que ambos son responsables de 79 delitos de homicidio y de 143 de lesiones por imprudencia grave.

Según la sentencia, el accidente se debió a una combinación de factores que incluyen tanto la negligencia del maquinista como la falta de medidas de seguridad adecuadas en la línea. Por un lado, la jueza señala que Garzón se despistó por atender una llamada «carente de urgencia» del interventor, lo que le hizo perder la ubicación en la vía y no percatarse de algunas señales. Por otro lado, resalta que Cortabitarte, en su calidad de responsable de seguridad de Adif, autorizó la desconexión del sistema de protección automático ERTMS en ese tramo, dejando al tren únicamente con el sistema ASFA, cuya responsabilidad recae únicamente en el conductor.

La Ausencia de Sistemas de Protección Continua

La magistrada afirma que el descarrilamiento no se habría producido si «se hubieran adoptado medidas que controlasen la velocidad del tren» o si hubiera habido «un sistema de protección continuo» como el ERTMS, que había sido suprimido en ese punto por autorización de Cortabitarte. Además, tampoco había otro sistema de protección «puntual», como las balizas ASFA asociadas a señales, que permitieran un frenado de emergencia en caso de exceso de velocidad.

La jueza considera «incomprensible» que se haya concebido una línea de alta velocidad sin contar con uno de los sistemas de protección más seguros, el ERTMS, y que luego se haya modificado el proyecto original dejando esa sección de la línea sin tal protección. Según los peritos, esto «conllevó un incremento del riesgo» del accidente.

Lecciones Aprendidas y Medidas Implementadas

Tras el accidente de Angrois, Adif identificó más de 300 cambios significativos de velocidad en distintas líneas de la red española, lo que demuestra que antes no se había valorado adecuadamente que el factor humano puede generar riesgos de exceso de velocidad. Esto ha llevado a la adopción de medidas tecnológicas para evitar estos excesos o, al menos, reducir el riesgo de descarrilamiento.

En resumen, la sentencia pone de manifiesto la responsabilidad compartida entre el maquinista y el responsable de seguridad de Adif en este trágico accidente. La falta de sistemas de protección continuos, como el ERTMS, junto con la negligencia del conductor, fueron los principales factores que desencadenaron el descarrilamiento con consecuencias tan devastadoras. Esta sentencia servirá como un llamado a la mejora continua de la seguridad ferroviaria en España y a aprender de los errores cometidos para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir.