Más de 100 bancos de todo el mundo reafirmaron el domingo su adhesión a los Principios de Banca Responsable de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la cumbre climática celebrada en Nueva York.
Entre ellos, entidades españolas como BBVA, Santander,, Caixabank, Bankia, Sabadell, Abanca y Cajamar. Además de las dos patronales del sector, la CECA y la Asociación Española de Banca (AEB).
Pero ¿qué hace exactamente un banco para cumplir con estos principios? La misma operativa que en su día a día, prestar dinero, pero con otro tipo de intereses: sacar un beneficio y ser socialmente responsable. Lo que lleva implícito rechazar otros muchos proyectos.
La ONU tiene definidos varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como, la Igualdad de género, acabar con la pobreza o revertir el cambio climático. En paralelo, está el Acuerdo de París para el cambio climático. Y es en estos dos marcos donde ahora los bancos tienen que aportar su granito de arena.
Como llevar a cabo estos proyectos implica un presupuesto elevado, es aquí donde actúa el banco, mediante la financiación. Las entidades adheridas llevan trabajando en esta rama bastante tiempo. Ya que fue hace casi un año (26 de noviembre de 2018) cuando se presentaron en París los Principios, aunque no ha sido hasta ahora cuando han firmado.
REVISIÓN ANUAL Y POSIBLE EXCLUSIÓN
Desde el domingo, estos bancos tienen 18 meses para aplicar los Principios y hacer un análisis de donde tienen más impactos positivos o negativos. Estos serán públicos y revisados por un tercero, de manera que anualmente se tienen que reportar avances.
Y si no se cumplen, la ONU puede excluir a alguna entidad. Pero como cada banco parte de una situación diferente, han acordado compartir entre los firmantes el principio de buenas prácticas.
Entre las medidas a adoptar, los bancos tienen ahora que bajar su presencia en empresas contaminantes e incrementarla en empresas sostenibles y premiarle con créditos más bajos. En este sentido, desde BBVA explican que los créditos a particulares o a autónomos para comprar vehículos verdes “ya están en marcha”. Así como créditos promotor para obra nueva que cumplen el estándar de sostenibilidad, con la inclusión, por ejemplo, de placas solares.
Por su parte, CaixaBank cuenta ahora con sus primeras tarjetas biodegradables para favorecer la lucha contra el cambio climático. Y también ha emitido un Bono Social con el que ha captado 1.000 millones de euros y financiará préstamos para luchar contra la pobreza, el trabajo digno y la creación de empleo en las zonas más desfavorecidas de España.
Además, ayuda a reducir o compensar la huella de carbono que generan todas las empresas y personas con su actividad cotidiana en la atmosfera, mediante créditos.
También el Banco Santander ha anunciado su compromiso para facilitar más de 120.000 millones de euros en financiación verde entre 2019 y 2025 y la inclusión financiera de más de 10 millones de personas en ese mismo período, mediante la expansión de las operaciones de microfinanciación del banco, programas de educación financiera y otras herramientas para proporcionar acceso al sistema financiero.
LÍMITES SECTORIALES
Por todo esto, lo que no puede hacer un banco es prestar dinero a una empresa que quiera sacar adelante un proyecto que cause un daño al medioambiente. En este aspecto, desde BBVA cuentan con normas sectoriales que limitan la concesión de créditos a determinadas empresas.
Así algunos sectores quedan excluidos o limitados de financiación, como la minería, la energía, las linfraestructuras y el ‘agribusiness’. “El transporte de arenas bituminosas se añade explícitamente a las actividades prohibidas” detallan desde la entidad.
Sin embargo, un debate aún abierto ante la Unión Europea es si las entidades financieras van a recibir algún tipo de incentivo para que al cliente final le resulte aún más atractivo este tipo de productos.