sábado, 26 octubre 2024

En plena disputa arancelaria con Europa, el CEO de Volkswagen pide desde China un comercio libre y equitativo

El grupo Volkswagen, liderado por su consejero delegado (CEO) Oliver Blume, ha solicitado desde China un «comercio libre y justo» entre los fabricantes de automóviles chinos y europeos. Esta petición se produce en medio de una crisis arancelaria entre la Unión Europea y China que amenaza con afectar las operaciones de las marcas alemanas en el mercado asiático.

Durante una reunión con varios ministros del Gobierno de Xi Jinping, Blume abordó el desarrollo económico mundial y la importancia del comercio libre y justo entre mercados abiertos en esta fase de grandes desafíos. La colaboración estrecha entre los fabricantes de ambas regiones fue otro de los temas centrales en la agenda.

Aranceles Europeos a Vehículos Eléctricos Chinos

La Comisión Europea ha impuesto de manera unilateral aranceles temporales a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China, con tasas que oscilan entre el 17,4% y el 37,6%. Esta medida busca evitar una llegada masiva de vehículos eléctricos baratos construidos con subsidios estatales del Gobierno chino.

Estas trabas comerciales se suman al impuesto del 10% que ya se aplica a las importaciones de automóviles en territorio europeo. Estos aranceles suponen un desafío importante para la industria automovilística, que ha advertido del peligro que representan para el futuro de sus operaciones en Asia.

Dependencia de los Fabricantes Alemanes en China

Los fabricantes alemanes son los más expuestos a una posible guerra arancelaria, y por lo tanto, los que más demandan una solución a esta crisis. Marcas como Mercedes-Benz, BMW y Porsche tienen una fuerte presencia y dependencia del mercado chino, que representa una parte significativa de sus ventas y operaciones globales.

Mercedes-Benz, por ejemplo, genera un tercio de sus ventas en China, mientras que BMW obtiene casi un tercio de sus matriculaciones en el gigante asiático. Porsche, por su parte, registra casi el 25% de sus ventas en China, todas ellas con vehículos importados desde Europa.

Ante esta situación, los fabricantes alemanes han intensificado sus esfuerzos de expansión y localización en China, como la creación de empresas conjuntas con socios locales para la producción de vehículos eléctricos. Estos movimientos buscan reducir costes y aumentar la cuota de mercado para poder competir en mejores condiciones con las marcas chinas.


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