No va desencaminado quien dice que el oro es un valor seguro. Con esto en mente Hock, una empresa de equipamiento deportivo, ha creado un producto realmente exclusivo: unas mancuernas de oro.
Para cualquier deportista o amante de una vida sana lo que más se suele valorar en el equipamiento deportivo es la funcionalidad y la tecnología. Sin embargo, desde la empresa alemana han decidido dar un paso más, decidiendo crear un producto que, además de útil, es un elemento de estilo, tanto por su estética como por los materiales con los que está hecho.
La compañía alemana ha creado un nombre comercializando accesorios de fitness que huyen un poco de las tendencias del mercado para apostar por las variantes Premium y aspiracional de sus productos. Acero inoxidable, maderas raras y pieles exóticas hacen de los aparatos algo estéticamente bonito, trabajados por las manos de expertos artesanos que cuidan hasta el último detalle.
En esta “colección” de Hock es importante destacar las Goldloft, unas sofisticadas mancuernas, con un diseño elegante pesando un kilo cada una y cuyas cuatro pesas son realizadas con 1.5 kilos de oro amarillo de 18 quilates en total. Para el eje que las une se ha utilizado madera de granadilllo, un material muy visto en la construcción de instrumentos musicales, y que es realmente duro y pesado, con una textura fina y homogénea muy agradable al tacto.
Estas mancuernas forman parte de una edición limitada de 50 piezas. Si te estás preguntando cuánto valen no te asustes. 99.000 euros cada par.
La idea de Kristof Hock al fundar la compañía en junio de 2009 era poder ofrecer un producto de gran calidad y diseño minimalista, y que satisficiera el refinado estilo de vida de algunos de sus clientes más exigentes.
Todos sus instrumentos tienen una estética limpia, atemporal y muy funcional, desarrollada por diseñadores galardonados e ingenieros altamente calificados que emplean mucho tiempo en conseguir el producto perfecto.
Además de eso, los materiales utilizados en su construcción, se alejan de los sintéticos y artificiales y se centran en los mejores recursos que proporciona la naturaleza, manteniendo un compromiso firme con los procesos ecológicos y sin químicos. Kristof Hock buscó inspiración en su trabajo como responsable de producto para otras empresas del mundo fitness, donde no hay consciencia ambiental y social. Huyendo de eso Hock decidió desarrollar un nuevo modelo productivo sostenible y socialmente responsable.
Las Goldlolf son algo más que unas simples mancuerdas, pueden considerarse una inversión, no sólo porque los productos Hock sean fabricados para perdurar en el tiempo, sino porque por mucho tiempo que pase tienen un valor objetivo y no es otro que el del oro.
Aparte de estas mancuerdas, Hock tiene más accesorios para los amantes del deporte y del lujo. Cuerdas, bancos, barras…el cliente tiene a su disposición una gran amplia gama de instrumentos de fitness para bolsillos exigentes.
El lujo tiene un precio y eso es lo que promete la marca alemana con sus productos hechos con materiales de primera calidad. Aún así ¿Estarías dispuesto a pagar casi 100.000 euros por un par de mancuerdas?