Iberdrola no teme a la incertidumbre. Pese a los cambios geopolíticos que se han vivido en los últimos meses en Europa (con el Brexit) y en Estados Unidos con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, la compañía apuesta su futuro a estos dos países. A Estados Unidos y Reino Unido se van a destinar el 72% de las inversiones de cara a los próximos tres años. Así, al menos, es lo que se desprende de la Memoria Anual que la eléctrica ha enviado a sus accionistas en las últimas semanas.
En ella se detalla que hay previsto un plan d inversiones de 25.000 millones (para el período 2016-2020); de las que «el 90% estarán destinadas a negocios regulados, renovables o contratados a largo plazo». España, por su parte, queda un tanto marginada en todo ese entorno. Está previsto que lleguen tan sólo el 15% de las inversiones; lo que supone 3.750 millones de euro. Le siguen México y Brasil.
Iberdrola, una gran empresa que hay que vigilar
Un plan que viene prefijado, y que no se va a cambiar pese a que la propia compañía reconoce que hay incertidumbres que pueden poner en riesgo el negocio. En Estados Unidos, por ejemplo, asumen que la victoria de Trump «podría suponer un cambio en cuanto a las políticas esperadas desde la Casa Blanca para el impulso de las energías renovables». Sin embargo, están convencidos de que no habrá problema en el avance de su filial americana, Avangrid, porque «el principal apoyo federal se cristaliza en los créditos fiscales que ya están aprobados de cara a los próximos años». No sólo eso, es que -además- en mucho casos, los programas energéticos dependen directamente de los Estados y no del Gobierno Federal, lo que hace que Iberdrola confíe en que haya «estabilidad.
En Reino Unido las cosas son similares, aunque tras el anuncio de Theresa May de convocar elecciones para el 8 de junio se abre una nueva puerta a la incertidumbre. Sin embargo, el Informe Anual recoge una cierta tranquilidad por varios motivos: el primero, porque el actual ejecutivo ya ha puesto en marcha varios programas y subastas por un importe de 290 millones de libras; también porque ha mostrado «su compromiso con la descarbonización de la economía«, lo que supone un fuerte respaldo a la inversión en energías renovables que desarrolla Iberdrola en el Reino Unido.
Las demás inversiones previstas en los distintos Estados van a depender de las condiciones de cada uno de ellos. Sin embargo, aunque Iberdrola prevé un escenario plano en cuanto al precio de la electricidad en los próximos años, prefiere ser cauta. Por eso la mayor parte de las inversiones las quiere realizar en países que tengan calificación crediticia con rating A; lo que supone dejar fuera -entre otros- a España que, en estos momentos, se encuentra en la zona de rating B.
Sobre nuestro país la eléctrica no tiene grandes esperanzas. Confía en seguir creciendo en redes inteligentes; y mejorar las instalaciones ya existentes. Sin embargo, no espera que los precios energéticos puedan subir. Eso sí, lanza un aviso al Gobierno y le recuerda que el Tribunal Supremo ha tumbado el bono social y que, por tanto, «las empresas financiadoras deberán ser resarcidas por las cantidades aportadas entre 2014 y 2016 con sus correspondientes intereses«.
La evolución en bolsa de Iberdrola el último año ha sido positiva. Se revaloriza un 16,8%. En el último año las cuentas de la eléctrica se anotaron un 11% más hasta los 2.705 millones de euros.