El recetario televisivo ‘Cocina abierta de Karlos Arguiñano’ ha cerrado una extraordinaria temporada al marcar sus mejores resultados en los 5 años que lleva con su actual denominación. El formato de la productora Bainet para Antena 3 ha cerrado campaña con casi 900.000 espectadores y un 18% de share que le ha otorgado una ventaja de 5 puntos respecto al magazine ‘Vamos a ver más’ de Telecinco.
Karlos Arguiñano cerró temporada pidiendo perdón a los que se hayan sentido con sus ocurrencias y prometió regresar a los mediodías televisivos con alegría tras las vacaciones.
DE LOS CHISTES ANTE SERRAT AL HURACÁN DE PEREJIL
La minusvalía que sufría la madre de Arguiñano empujó al joven de Beasain hasta la cocina desde bien pequeño. El revoltoso Karlos combinaba en su adolescencia la ayuda en las tareas del hogar con su trabajo como chapista en la multinacional CAF, pero un día un jefe le contó que «las puertas de los trenes se le abrían en las curvas», lo cual llevó al joven a darse cuenta que lo suyo no estaba en la industria pesada.
En su Beasain natal recibió un curso de cocina «para amas de casa, divorciados y solteros» y eso le llevó a apuntarse con 18 años a la recién abierta Escuela de Cocina Luis Irizar que el mítico maestro de cocineros puso en marcha junto al Hotel Euromar de Zarautz.
Arguiñano compartió fogones con Pedro Subijana, acabó dirigiendo el restaurante del Club de Golf de Zarautz y fue uno de los cocineros que se adscribió a mediados de los años 70 a la corriente culinaria Nueva Cocina Vasca, que a imitación de la francesa reivindicaba los productos y recetas de la tierra frente a la globalización low cost que comenzaba a afianzarse al calor del boom turístico surgido del desarrollismo.
Aquel innovador Arguiñano desconocía que iba a acabar cocinando ante las cámaras mil maneras diferentes de alubias pochas o arroz, pero las puertas televisivas se le abrieron cuando menos lo esperaba y cuando las deudas se le acumulaban tras haber abierto un hotel en Zarautz.
Corría 1986, Joan Manuel Serrat actuaba en San Sebastián y tras el concierto se acercó a cenar a lo de Arguiñano, que a los postres les sirvió una ristra de chistes que hizo que el representante del Noi de Poble Sec le ofreciera grabar una cinta de vídeo humorística.
Arguiñano rechazó el envite y le dijo que quería cocinar en televisión, lo cual desembocó en su aterrizaje en ETB1 en la primavera de 1989 como uno de los 14 cocineros vascos que protagonizaron la serie ‘Hamalau Euskal Sukaldari’. Su desparpajo le ayudó a a que la televisión vasca le ofreciera 5 minutos diarios.
Así nació en febrero de 1990 ‘El menú de cada día’, que triunfó, fue alargado hasta los 25 minutos y fue sorprendentemente cancelado en el verano de 1991 porque ETB decidió apostar por Subijana en su lugar.
Arguiñano recibió la mala noticia unos Sanfermines y esa caída no le hizo renunciar a su sueño, ya que se presentó en el Centro Territorial de RTVE en Euskadi, ‘Telenorte’, que le abrió las puertas para cocinar en desconexión para el País Vasco.
Aquel cambio de cadena fue clave en su salto a la televisión estatal, ya que una disputa entre RTVE y Elena Santonja, que presentaba desde 1985 ‘Con las manos en la masa’, le dio una oportunidad para estrenarse a nivel nacional en La 1 de TVE en marzo de 1992.
Y llegó el huracán Arguiñano, que con sus chistes, perejil y muletillas («rico, rico y con fundamento», repetía) destrozó audímetros, se convirtió en el Personaje del Año para la revista TP en el año 1992 y pudo comenzar a forjar un emporio en el que se incluyó la producción televisiva de la pelota vasca, el programa ‘Bricomanía’, vídeos y libros de cocina e incluso taquillazos cinematográficos como ‘Airbag’.
ARGUIÑANO Y LA FAMA
En 1995 fichó por Telecinco y al año siguiente, muy agobiado por la fama, saltó a Argentina, donde vivió 4 años y triunfó en canales como ATC o Canal 13. En el año 2000, tras haber librado una guerra pelotazal contra ETB, fichó por la autonómica y poco después volvió a TVE, donde volvió a triunfar.
En 2004 Paolo Vasile lo incorporó a Telecinco para ayudar a Ana Rosa Quintana en su guerra contra la fugada María Teresa Campos y en 2010 Arguiñano ficho por Atresmedia, donde ha celebrado cumplir más de 7.500 recetas en televisión en 35 años.
El chef de 75 años se encuentra en forma, pero este hecho no es óbice para que haya diseñado su relevo por su hijo Joseba, que cuenta con proyectos propios en ETB y colabora una vez por semana con su padre, un comunicador alegre, didáctico y comprometido. Ahí es nada.