Mallorca, joya del Mediterráneo, deslumbra con sus playas y calas bordeadas de aguas turquesas. La sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ofrece paisajes impresionantes y pueblos pintorescos. Sus cuevas revelan formaciones rocosas fascinantes. Descubre las cinco maravillas naturalesen esta exclusiva selección.
1Las 5 Maravillas Naturales de Mallorca
TORRENT DE PAREIS: El desfiladero mallorquín del Torrent de Pareis, con más de 3 km de extensión, atraviesa la imponente Serra de Tramuntana entre barrancos de hasta 200 metros de altura, desembocando en la pintoresca cala de Sa Calobra. Esta garganta de roca calcárea ha sido esculpida por siglos de erosión del agua torrencial, atrayendo a excursionistas por su impresionante belleza natural y desafíos emocionantes. El Torrent de Pareis se destaca como uno de los descensos más admirados y emblemáticos de Mallorca, un testimonio vivo de la fuerza y la majestuosidad de la naturaleza.
El Torrent de Pareis se formó en el corazón de la mayor serranía mallorquina hace miles de años, concretamente en S´Entreforc, la zona en el interior donde confluyen los torrentes del Gorg Blau y de Lluc.
SA DRAGONERA: Frente a las estribaciones más meridionales de la Serra de Tramuntana se extiende Sa Dragonera, un islote con resonancias místicas. Su nombre deriva de su forma, que asemeja a un dragón dormido, aunque también se atribuye al gran número de lagartijas que lo habitan. Con 3.200 metros de longitud y medio kilómetro de anchura, su relieve escarpado culmina en el pico Na Pròpia, de 360 metros. Sa Dragonera, junto a Pantaleu y Mitjana, forma el Parque Natural que simboliza el compromiso ecológico de Mallorca, siendo un refugio de biodiversidad y belleza natural.
Desde la costa mallorquina se puede contemplar Sa Dragonera desde varios miradores, como el de la Punta Blanca, al que se puede llegar en vehículo; el atardecer es el momento más aconsejable. En verano, desde los puertos de Sant Elm, Port d’Andraix o Cala Lladó, zarpan barcas que cubren los 800 metros de distancia. Sa Dragonera ha conseguido mantenerse intacta y sin urbanizar.
CUEVAS DEL DRACH: Las Cuevas del Drach se adentran hasta 25 metros bajo la superficie y consisten en cuatro grupos interconectados de cavidades: Negra, Blanca, Luis Salvador y la de los Franceses, extendiéndose casi 1,2 km en total. Estas cuevas son famosas por sus espectáculos de luz y sonido que realzan su belleza mágica. En el municipio de Manacor, también se encuentran las cuevas de Hams, similares pero más pequeñas. Juntas con la Cova Tancada de Alcúdia, de estructura más calcárea, forman el triángulo dorado de las cuevas más emblemáticas de Mallorca.
En el término de Manacor, muy cerca de Porto Cristo, se cobija esta fantasía natural de las entrañas de la costa de Mallorca, que sigue viviendo bajo tierra oculta a las miradas. Declaradas Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España.
LA ALBUFERA DE MALLORCA: En el extremo norte de Mallorca, en la bahía de Alcúdia, se encuentra la Albufera de Mallorca, un humedal de gran importancia en las Baleares. Este Parque Natural está formado por lagunas, canales naturales y artificiales que albergan una diversidad única de flora y fauna. Nutrido por torrentes y manantiales, este ecosistema esencial está separado del mar por marismas y dunas naturales, ofreciendo refugio a una variada vegetación ribereña y otras especies singulares. La Albufera es un tesoro natural donde la biodiversidad florece en un equilibrio delicado entre agua dulce y salada.
En Sa Roca y Can Bateman hay centros de interpretación de la naturaleza donde se informa de los itinerarios que recorren este parque natural y bordean sus marismas, tanto a pie como en bicicleta. Allí también se muestra la localización de plataformas de madera desde las que observar la amplia fauna que habita en la albufera.
CALA VARQUES: En el término municipal de Manacor, en la escarpada costa sudeste de Mallorca, se esconde esta pequeña y paradisíaca cala. A diferencia de muchas otras, ha permanecido intacta de la urbanización gracias a su acceso algo complicado. Con apenas 70 metros de arena blanca y aguas tranquilas y claras, esta cala ofrece un paisaje idílico, respaldado por un modesto pinar. Es un refugio de belleza natural donde la pureza del entorno se conserva en su estado más puro.
Desde esta cala, y también desde S’Estany d’en Mas, un breve sendero acerca al singular puente de roca de la vecina cala Es Caló Blanc. Esta formación geológica recompensa a los bañistas que deciden acercarse a pie o a nado a este rincón mallorquín donde pinos, cuevas y sorpresas bajo el agua crean una postal inolvidable.
