Las organizaciones sindicales han convocado una huelga de 24 horas en los distintos centros de trabajo del Grupo FerroGlobe para este próximo miércoles, 26 de junio, ante la negativa de la compañía de negociar una subida salarial para 2023 y de efectuar un incremento salarial vinculado al IPC.
Los sindicatos Unión General de Trabajadores (UGT), Confederación Intersindical Galega (CIG), Comisiones Obreras (CCOO), Unión Sindical Obrera (USO) y Sindicato Unitario (SU), que constituyen la mesa negociadora del III Acuerdo Marco de la compañía, han indicado que realizarán un paro de 24 horas en todas las plantas de España del grupo este próximo miércoles.
La Postura Inflexible de FerroGlobe
FerroGlobe mantiene su postura inicial de aplicar un 0% de incremento salarial para 2023 y de negarse a aceptar una cláusula de revisión salarial que «garantice el poder adquisitivo de las personas trabajadoras durante la vigencia del acuerdo».
Según UGT FICA, resulta «cuando menos sorprendente que FerroGlobe no acepte el 3% de incremento para las personas trabajadoras de su empresa cuando, al mismo tiempo, anuncia públicamente que, dados los buenos resultados y las buenas expectativas de la compañía, los ‘jefes de FerroAtlántica’ se van a aplicar las subidas salariales que niegan a la plantilla, un 3% de incremento efectivo desde el 1 enero de 2024″.
En este sentido, la organización sindical señala que con el incremento que van a percibir dos de los directivos de FerroAtlántica, «podría cubrirse el coste del incremento de todas las personas trabajadoras del grupo».
La Respuesta de los Sindicatos
Ante este «ataque a los intereses de las personas trabajadoras«, UGT FICA, CIG, CCOO, USO y SU mantienen la jornada de movilización prevista para este miércoles.
Además, los sindicatos denuncian la «mala praxis empresarial» ante esta convocatoria tanto por las formas, ya que, a pesar de tratarse de una huelga de ámbito nacional, la empresa no está trasladando al Comité de Huelga estatal las propuestas de servicios mínimos, como por el fondo, al pretender unos servicios mínimos «abusivos» para mantener su actividad industrial.
Los sindicatos consideran un «insulto a la inteligencia» que la empresa alegue que parar la actividad pondría en riesgo el acceso al servicio interrumpibilidad, con lo que desde las organizaciones sindicales advierten que, si finalmente se imponen estos «servicios mínimos abusivos», manteniendo la actividad industrial y producción, van a presentar una demanda exigiendo «fuertes sanciones por vulneración del derecho a huelga de las personas trabajadoras«.
Finalmente, los sindicatos manifiestan que mantienen «su voluntad de negociar con buena fe» con la finalidad de acordar y evitar el conflicto, aunque al mismo tiempo alertan de que «no van a aceptar ni imposiciones ni que se nieguen en el acuerdo unas condiciones económicas y sociales que la propia empresa se arroga para su dirección«.